El buen momento en resultados del Real Zaragoza ha coincidido con el mejor rendimiento de Sergio Bermejo, un futbolista casi intocable para Juan Ignacio Martínez en las alineaciones que muy pocas veces termina de cuajar partidos completos. Su fútbol de altibajos ha madurado en esta fase de la competición, con una participación más colectiva del centrocampista, haciéndose notar en la toma de responsabilidades y en una circulación del balón mucho más altruista y efectiva. El futbolista reconoce que se siente mejor. «A nivel personal las cosas me están saliendo bien dentro de una mejora a nivel grupal», reconoce. La atmósfera, con menos tensiones, también ayuda. «La tres victorias consecutivas nos han permitido estar mucho más tranquilos a la hora de desarrollar nuestro juego. Contra el Almería hicimos un partido muy completo y debemos seguir en esa línea de pensar sólo en los tres puntos siguientes, entendiendo en que cada partido es una final».
La clasificación, muy lejos ya de la amenaza de la zona de descenso y a una distancia importante de las posiciones altas, deja al Real Zaragoza en una posición expectante en cuanto a metas ambiciosas, pendiente de su propio rendimiento y de que por arriba se sucedan muchos accidentes. «Estamos en una buena dinámica y tenemos que aprovecharla para conseguir más triunfos. Hemos salido de una situación complicada y ahora es cierto que tenemos la posibilidad de acercarnos a los puestos de arriba», explica Bermejo. El encuentro del viernes ante el Fuenlabrada la observa dentro de la dificultad, como todos, pese a que los madrileño sean penúltimos. «Han cambiado de entrenador y eso suele motivar, pero el Real Zaragoza depende de sí mismo y debemos estar centrados en nosotros mismos para seguir fuertes en casa».
Su aparición en la lista de salidas en el mercado de invierno dentro de una maniobra del club para renovar el centro del campo queda ya atrás. Bermejo indica que «el club nunca me transmitió que me estuviese buscando equipo ni yo declaré que quisiera salir. Mis agentes nos transmitieron, a mí y al club, que había una propuesta, pero no la valoramos y decidí quedarme porque quería ayudar a que el equipo consiguiera sus objetivos».
