El central del Barça cuenta en el programa ‘The Wild Project’ del youtuber catalán Jordi Wild su año en la capital aragonesa y las «locuras» que cometió por las noches
Ya se sabía que Gerard Piqué había sido un asiduo de las noches zaragozanas, un leyenda en nada urbana por la cantidad de testigos que pueden confirmarlo, pero el central del Barça se ha encargado de detallar sin rubor y a cara descubierta en el programa ‘The Wild Project’ del youtuber catalán Jordi Wild su año en la capital aragonesa y las «locuras» que cometió con 19 años. El defensa llegó en la temporada 2006-2007 cedido por el Manchester United a un Real Zaragoza que había sufrido profundos cambios con la compra del club de Agapito Iglesias a Alfonso Soláns júnior. El empresario soriano montó una plantilla espectacular con el objetivo algo faraónico de atacar la Liga por primera vez en la historia y recuperó para el banquillo a Víctor Fernández, un mito todavía por los títulos que había conquistado en su primera etapa en el equipo de La Romareda. César, Juanfran, Gabi Milito, Sergio Fernández, Aimar, D’Alessandro, Diego Milito, Ewerthon…. Y entre ellos, el joven Piqué tras su paso de aprendizaje por Old Trafford.
El central de Barça, en un momento de la amplia entrevista, es invitado por Jordi Wild a que relate aquella experiencia, que el futbolista acota a la faceta personal de un chico sin conciencia aún de deportista profesional y con ganas de divertirse. «La época más loca es la del Zaragoza. Me coge en plena juventud y después de haberlo pasado mal un par de temporadas en Manchester». El futbolista cuenta episodios de sus huidas a Barcelona. «Estaba a dos horas de Zaragoza, muy cerca para mí, y tenía allí a todos mis amigos. Había dos horas y cuarto de viaje más o menos, pero apretaba el acelerador por los Monegros, que los conocía de memoria». El defensa explica que había semanas que dormía durante el día y por la noche me iba de fiesta a Barcelona. «Volvía sin dormir y me ponía a entrenar. Una auténtica locura», reconoce. Piqué, según cuenta, solía ir a la Sala Bikini, un clásico en Barcelona, y alquilaba una habitación en el Princesa Sofía para descansar antes de regresar a la Ciudad Deportiva.
Una noche, sin embargo, se despertó a las nueve cuando el ensayo era a las once. «Había que estar a las diez. Me caía multa pero pensé que aunque fuera derrapando podía llegar al entreno. Salgo pitando, bajo a la recepción para pagar y se me caen todas las tarjetas de crédito. Y de repente me doy cuenta que no tengo las llaves del coche. De ahí al concesionario, donde estuve un par de horas. Cuando volví a Zaragoza el entrenamiento había acabado y se me acercó Víctor Fernández. Como ya tenía una historia detrás, no sabía qué contarle al míster. Le dije que mi novia estaba embarazada, no sé que excusa le di la verdad. Me dijo: ‘No tengo por qué no creerte pero no te creo. Ponte a correr’. Me puse a dar vueltas en el campo con un olor a humo de tabaco… Creo que me dejó sin convocar no sé cuánto tiempo».
Otro capítulo sin desperdicio fue el de su debut en Villareal en la cuarta jornada por baja de Sergio Fernández, con gol suyo y derrota. En el mismo encuentro fue expulsado Gabi Milito, por lo que Piqué repetiría titularidad en el siguiente encuentro frente al Levante en casa. «Me dije, soy el puto amo y el jueves me fui de fiesta por Zaragoza con un frío impresionante y en manga corta. El viernes estaba con unas anginas de caballo. Total que el día del partido estaba con muchísima fiebre y en el descanso íbamos perdiendo por 0-2 en La Romareda. Le dije a Víctor que me cambiara porque no podía más, ¡no podía ni andar! Me metí 45 minutos al jacuzzi y aun así temblaba de frío, estaba helado. Zapater y yo teníamos que ir con la sub 21 esa semana para los clasificatorios para los Juegos Olímpicos, pero me tuve que quedar unos diez días en la cama, muy bajo de defensas».
El exzaragocista remarca que en su estancia en Zaragoza lo pasó «muy bien. Llegó un punto que la había liado tanto que intentaba pasar más desapercibido porque iba siempre a cara descubierta. Encontramos un local, creo que El Buscón, súperqueño y allí hice de DJ, repartía copas y me encontraba más tranquilo. La segunda parte de la temporada me di cuenta de que tenía que sentar la cabeza». Piqué cree que en esa etapa de su vida «quería mi parte de juventud, ser un chaval normal y corriente. De los 14 a los 17 no tuve una infancia para hacer cosas con mis amigos. Cogía el autocar al antiguo Miestadi, hacía los deberes y todos los días la misma rutina. Entonces no lo veía como un sacrificio, pero lo fue». A los 19, en Zaragoza, el central del Barça se desquitó.
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Fotografía: El youtuber catalán Jordi Wild junto a Gerard Piqué durante la entrevista.