Saltó al campo en el minuto 65 del partido frente al Lugo, el último del curso de la actual temporada, y dice que se sintió cómodo. «Nervioso porque es inevitable después de tanto tiempo sin jugar, y emocionado por jugar de nuevo en La Romareda después de todo lo que he pasado». Daniel Lasure ya no mira hacia atrás, a su relación involuntaria con una enfermedad que puso a prueba todos sus mecanismos humanos y deportivos. Se siente y es un futbolista más con capacidad para competir y luchar por un puesto porque «mi cuerpo responde cada vez mejor como consecuencia de muchos meses de trabajo».
Se acordó de su familia, de su novia, de todo su entorno «de las personas que han estado a mi lado y que he conocido en este periodo y de la afición. En ese sentido he tenido suerte de sentirme siempre arropado», explica el lateral. Ahora no piensa en cuál será su futuro y de lo que le espera a nivel particular, sino «en trabajar para conseguir estar en el equipo cuando sea necesario». En San Sebastián cae el telón de la campaña y Lasure espera que «podamos acabar de la mejor manera posible una temporada complicada. Necesitamos una alegría más». Sobre la visita a la plantilla de Jorge Mas, ya presidente del Real Zaragoza, el canterano cuenta: «Nos transmitió su ilusión y que estuviésemos tranquilos».