No cabe la menor duda que los responsables técnicos del Real Zaragoza se están esmerando al máximo para corregir un mal endémico en las dos últimas temporadas, el frente de ataque. El historial de las cuatro últimas ventanas ha dejado ocho goles como sonrojante herencia, uno de Álex Alegría, cinco de Álvaro Giménez y dos de Nano Mesa, mientras que el Toro Fernández, Vuckic y Sabin Merino presentan la hoja en blanco en esa lista con jugadores sin olfato y de direcciones técnicas con muy mala vista para contratar delanteros diferenciales. Raúl Sanllehí ha concentrado gran parte de sus sentidos en remediar semejante desolación, una devastación de la que es principal responsable precisamente el ejecutivo en el que va a seguir confiando, Miguel Torrecilla. Se han barajado ya diferentes nombres, pero la mayoría escapan al potencial económico del club, más bajo del esperado con la llegada de la nueva propiedad. Ese trabajo será costoso y lento en la confección del proyecto, en principio innovador por la nueva filosofía y la perspectiva de fututo, pero no admite un nuevo error en la selección de futbolistas clave. El tejido ofensivo tiene que ofrecer rentabilidad para no consumar otra temporada más, la décima consecutiva, siendo un equipo de relleno en Segunda. La producción arriba será la que establezca si hay que plantearse objetivos modestos o de mayor vuelo.
El epicentro de las operaciones, sobrecargadas todavía de piezas con las que no se cuenta y con las se están negociando salidas pactadas, está muy definido. Sin embargo, en ese puzzle en el que son fijos Francho, ya renovado hasta el 2025, y Azón, a punto de confirmarse el acuerdo, se quiere que continúe Francés, quien a sus 19 años se puede considerar la llave maestra de una defensa que en el curso pasado funcionó casi como un reloj. Las negociaciones con el central están en un punto muy avanzado –si no semicerrado– y el jugador ha manifestado en público y en privado que su deseo es permanecer en el conjunto aragonés. No será a cualquier precio. Tiene 10 millones de cláusula y un contrato que acaba en 2024 por el mínimo salarial de Segunda, unos 80.000 euros. La mejora económica debe situarle entre el grupo de los mejor pagados si no el mejor. Porque Francés, que tiene a varios clubes de Primera tras su estela –con el Sevilla a la cabeza–, es un futbolista con las prestaciones y el rendimiento adecuados para ingresar en la élite. En poco más de dos cursos se ha doctorado en la categoría para hacerse además fijo en la sub 21 de Luis de La Fuente, clasificada para el Europeo de 2023 en Georgia y Rumanía.
En este sentido, la apuesta del Real Zaragoza, que remite a su cláusula como escudo protector frente a cualquier tentación o tentativa exterior, tendrá que ser convincente y rotunda. El central presenta suficientes argumentos para dar el salto. Ha acabado como el cuarto jugador de Segunda con mayor valor de mercado y el primero en la franja de los sub 21, según la web Transfermarkt, tan sólo por detrás de Umar Sadiq, Uros Djurdjevic y Shon Weissman, delanteros centro que figuran entre los nueve máximos realizadores. Lobete, Gonzalo Plata, Samú Costa, Jon Karrikaburu y Lucas Robertone están por debajo de esa tasación hasta que aparece otro defensa en la lista, Alejandro Pozo, lateral del Almería. Esas primeras posiciones están trufadas de profesionales pertenecientes a clubes que como mínimo han disputado el playoff, casos de Akieme, Morcillo, Stoichkov, Edu Expósito, Borja Bastón, Dario Sermiento, Jesé, Moleiro, Ramazani, Monchu… Por medio se cuelan Gaich y Seoane (Huesca) y un ramillete de la Real Sociedad B formado por Roberto López y Turrientes, ambos con experiencia con la primera plantilla donostiarra.
La mayoría de los que le acompañan en esa nómina de mejor valoración mercantil han tenido un recorrido más o menos extenso en conjuntos de Primera, lo que ofrece la dimensión vigente de Alejandro Francés, cuya travesía profesional se reduce tan sólo a dos años y en un Real Zaragoza que ha luchado por no descender a Primera RFEF. En ese ecosistema, el aragonés ha destacado por encima de todos los centrales por su versatilidad, atrevimiento y amplio abanico de lecturas defensivas. Si Sanllehí convence al defensa, como así parece, estará fichando una joya perfectamente pulida.