Luis Carbonell jugó con el filial el partido inaugural de la pretemporada pese a tener contrato y dorsal del primer equipo como se acordó al salir cedido al Real Madrid. Esta situación anómala y que causó sorpresa al comprobarse las alineaciones del amistoso, ya se le había comunicado al futbolista antes de que el Real Zaragoza se desplazara a la concentración de Boltaña. Juan Carlos Carcedo fue quién se dirigió al delantero para explicarle que, al igual que en los casos de Clemente y Buyla, el cuerpo técnico y la dirección deportiva no contaban con él. El técnico decidió que se uniera a una expedición en la que en principio no tenía sitio, pero le explicó que debía aligerar un grupo con sobrecarga de jugadores y que en los encuentros de preparación podría quedarse fuera de las citaciones. Así ocurrió ayer en la Ciudad Deportiva, donde Carbonell se alineó con el conjunto de Emilio Larraz.
El atacante, después de su gris paso por la Fábrica del Real Madrid, donde apenas tuvo participación además de sufrir una lesión de rodilla, regresó este verano a su club de origen, ya que el club blanco no activó la cláusula de compra de 1,5 millones de euros que se había acordado en la cesión a coste cero. Antes de comenzar la pretemporada, se sometió a una severa puesta a punto y bajó cinco kilos de peso para presentarse el 4 de julio en el arranque del curso laboral. Pese a demostrar un alto nivel físico y de compromiso en los entrenamientos, entre bastidores ya se estaba gestando su salida a préstamo: se le ofreció el Calahorra, a lo que el jugador, con contrato hasta 2026, y sus agentes se negaron en redondo. En estos momentos la intención de Carbonell si, como todo parece termina saliendo, es que el Real Zaragoza le busque un lugar en Segunda o en un Primera RFEF con aspiraciones de ascenso.
La situación es complicada y todo queda en manos de Miguel Torrecilla, de su capacidad para convencer al canterano con una propuesta que le encaje. Si no fuera así, el futbolista estaría dispuesto a hacer valer su relación contractual con un Real Zaragoza que no le quiere, al menos en el proyecto que lidera Juan Carlos Carcedo.