Los resultados que se dieron en la novena jornada del campeonato explican el desarrollo de, posiblemente, la temporada donde menos diferencia hay entre los 22 participantes desde que el Real Zaragoza ingreso en ella hace diez años. El conjunto aragonés, pese a pésimo arranque, estaría dejando escapar una gran oportunidad de unirse a una lucha abierta de par en par que no hace distinciones entre pobres y ricos. Las causas de esta igualdad están directamente relacionadas con el cada vez más acentuado descenso de calidad en las plantillas, lo que provoca una enorme irregularidad. Nunca ha sido tan cierto que cualquiera puede ganar a cualquiera.
El Alavés, líder, cayó goleado por el pétreo Burgos (3-0) y perdió su primer encuentro frente enemigo que es quinto gracias a tres triunfos y seis empates, pero sobre todo por la muralla que ha levantado alrededor de Caro, su portero: todavía no ha encajado un solo tanto. Con cinco dianas suma 15 puntos sin que repita ninguno de sus goleadores. Un recién llegado, el Andorra, cuenta con las mismas unidades que los de El Plantío. El equipo de Eder Sarabia se ha aupado a la parte alta (7º) impulsado por su 59.9% de posesión de media por jornada, el que más de Segunda, y por una capacidad de superación encomiable. Este fin de semana resistió el 0-0 al colista Málaga con uno menos y 11 millones de euros por debajo del techo salarial de los andaluces, algo que ya habían hecho y mejorado en Albacete cuando empataron en inferioridad en el minuto 93. Por el camino, los del Principado han hecho morder el polvo a Oviedo (0-1), Granada (1-0), Eibar (2-0) y Levante (3-1).
El Albacete de Rubén Alves (5º) es otra de las sorpresas. También de vuelta a la categoría, en su compromiso contra el Tenerife de este jornada se quedaron con diez en el minuto 43, consiguieron adelantarse con un gol de Manu Fuster y, después de que le igualaran los isleños por medio de Borja Garcés, aguantaron el chaparrón final de un adversario que el ejercicio pasado jugó la promoción de ascenso a Primera y que el actual no levanta cabeza. El Sporting y el Villarreal B llevaron la contraria a esta tendencia. Los de Abelardo hicieron valer su experiencia (3-1) contra un filial que juega como los ángeles y que de haber logrado los tres puntos estaría entre los seis primeros.
Las Palmas (2º) no pudo pasar del 0-0 en Ibiza, al igual que el millonario Granada, descolgado en la novena plaza, en El Tolarín. Queda por saber lo que hará hoy el Eibar en Ipurua frente al Mirandés, pero todo es posible en este torneo sin dueños. Si no, basta con preguntárselo al Levante, que se vio superado por el modesto Racing (0-1), el próximo rival, este miércoles, del Real Zaragoza. O al Cartagena, que se postulaba al liderato con vencer al Leganés, último antes de ponerse a rodar el balón entre ambos. Los pepineros remontaron el 1-0 de Borja Valle con tantos de Omeruo y Juan Muñoz. Un fin de semana de auténtica locura que el equipo de Juan Carlos Carcedo, víctima del por entonces colista Mirandés y de sí mismo para doblegar a un Eibar con nueve, no supo aprovechar ante el alicaído Oviedo (1-1): de haber añadido dos puntos más, estaría en la zona templada a tres del cuarto clasificado, un Sporting al que sometió en La Romareda.
Entre el líder, el Alavés, y el Racing, que ocupa último puesto de descenso, hay nueve unidades, en una tabla atascada que tiene al Real Zaragoza el 16º, pagando el peaje de sus penurias goleadoras, solo por detrás del Racing en el listado de clubes menos realizadores, y de un fútbol indefinido e indefendible que ha ha hecho saltar a la afición del Municipal contra Carcedo. La paradoja es que el equipo aragonés no están tan lejos en los números de los mejores o menos malos, apretados por el cinturón de un campeonato donde con poco se puede conseguir mucho. La sensación es que se está descolgando y sobre todo perdiendo fuelle en la Liga más fácil y vulgar desde que descendiera.