Carcedo ‘revienta’ el once en una huida hacia delante

El entrenador da un quíntuple salto mortal en el que podría ser su último partido como técnico en el Real Zaragoza  con nada menos que cinco cambios en el once inicial. Limpia todo el frente de ataque para hacer debutar en la titularidad  a Gueye acompañado  de Puche, mientras que para la franja de llegadores recupera a Bermejo y Vada. En el centro del campo se cae Francho y en defensa da descanso a Jair para que al eje central vuelva a Francés tras recuperarse de su lesión de codo y se reúna con Lluís López.  Bajo el pretexto de las rotaciones por la carga de minutos, el técnico  huye hacia delante en busca de una victoria que impida al equipo caer a la zona de descenso y darle otro bonus en un banquillo que le quema desde hace tiempo.

En esa ruleta, Carcedo vuelve a apostar por Jaume Grau y Manu Molina como armadores del fútbol zaragocista, una sociedad que no ha desatado pasión ni productividad alguna, e insiste en un Vada que tampoco ha destacado lo más mínimo y que aún no se ha estrenado en la faceta goleadora que exhibió el curso pasado. De Bermejo, que salió desde el banco en Santander, se seguirá esperando que aporte un punto diferencial que continúa en blanco. El centro del campo, que intenta oxigenar el entrenador,  retorna a sus orígenes, el de un espacio sin ritmo, profundidad y apenas aportaciones creativas para provecho de los puntas.

La revolución en la alineación, sin embargo, es ofensiva. Más por los nombres de los relevos que por lo que puedan sumar. Gueye tendrá la oportunidad desde el inicio de enseñar algo que nadie ha visto aún en los 51 minutos en que ha participado en tres encuentros. El senegalés, gran apuesta de Sanllehí y Torrecilla para reparar (aún sin éxito) la pobreza realizadora del conjunto aragonés, deja fuera a Azón en quizás el cambió menos lógico pese a que la excusa sea no forzar al aragonés. La baja de Giuliano abre la puerta a Puche, otro futbolista en examen constante y que no termina de aprobar.

Con cuatro partidos consecutivos sin ganar, un solo gol en ese periodo y con las fauces del abismo abiertas de par en par, el Real Zaragoza necesita añadir tres puntos esta tarde en La Romareda si quiere evitar que la crisis sangre. Frente al Oviedo ya se escucharon las quejas de la afición, fiel a las citas pero cada vez más consciente de que el camino tomado es el incorrecto no sólo para una etapa de transición, sino incluso para esquivar otro curso de sufrimientos en la clasificación.

Enfrente tendrá a un Villarreal B alegre, profundo y con el gatillo fácil, señas de identidad que distinguen a los filiales. El equipo que entrena el veterano Miguel Álvarez Jurado (64 años) destaca entre todos los clubes de la categoría por ser el más anotador con 15 dianas, lo que contrasta con los 16 que ha encajado y que habla de su método desenfadado. Hassan, un regateador extremo que  o stá en el once esta tarde, o Fer Niño, delantero con experiencia en Primera con el Submarino mayor y con el Mallorca son dos de sus piezas más notables. Álvarez, al igual que Carcedo,  mueve el árbol en la titularidad hasta con cuatro variaciones: Pacheco Carreira, Tasende y Hassan dejan sus lugares a Leal, Romero, Rodrigo y Ojeada.

TEXTO EN ELABORACIÓN

La alineación del Villarreal B

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