Este Real Zaragoza-Huesca que se disputa este sábado en La Romareda (21.00) con toda la comitiva de la multipropiedad del club blanquillo en la grada una vez aprobadas las cuentas en sesión matinal, no admite el calificativo de derbi en la capital por cuestión de historia, mientras que en tierras oscenses se defiende que lo es con la RAE bajo el brazo. Es un debate menor pero que sirve para calentar motores en este pulso, eso sí, de máxima rivalidad en los últimos tiempos. En este encuentro que en cualquier caso siempre concentra una sobredosis pasional entre ambas aficiones, se busca la clave para presentar un favorito, para especular con un resultado. Pese a que los oscenses muestran un catálogo más competitivo y el equipo de Fran Escribá se postula a duras penas por vivir en zonas más cálidas de la clasificación, todo indica a la incertidumbre como ganadora antes de que empiece a rodar el balón en el Municipal.
Es mejor el Huesca pero no mucho peor el Real Zaragoza. Sobre el papel, el conjunto que entrena Ziganda tiene mejores costuras, aunque el técnico tendrá que buscar soluciones para remediar la ausencia de Juan Carlos Real, su máximo artillero con cuatro goles. No le sobran futbolistas con puntería, al igual que a Escribá, quien sí podrá alinear a Giuliano, su pichichi con el mismo número de dianas. Pulido estará en la defensa azulgrana pese a llevar el tabique nasal recién operado y Jair hará lo propio después de ausentarse de una sesión de entrenamiento por cuestión de cargas de trabajo que elevó algunas alarmas. Liderarán un par de sistemas de contención que se caracterizan por conceder poco, menos en general el Huesca.
Sin exuberancia rematadora y con guardianes fieles, este encuentro podría romperse a favor de uno u otro a través de un derbi ancestral en este deporte, el de los porteros, seres mitológicos y solitarios que conviven con la condición de héroe y villano de un día para otro. La baja de Cristian Álvarez ha dejado al Real Zaragoza en manos de Álvaro Ratón. Su entrenador, Escribá, es su gran abogado defensor porque el guardameta va dejando por este camino del relevo del argentino fallos importantes y paradas no exentas de mérito. Esa combinación no es lo más saludable para el oficio que más regularidad requiere. Enfrente estará nada menos que Andrés Fernández y sus once portería a cero, un colega que gana partidos…
Escribá y Ziganda saben perfectamente que no caerá una lluvia de ocasiones en este partido y sueñan con acertar la primera o la única que llegue. Piden eficacia al agraciado que disponga de esa oportunidad. A la sombra del larguero, Ratón y Andrés Fernández tendrán mucho que decir. O todo.