El día de Nochebuena de 1995, pocos meses después de que el Real Zaragoza lograra la Recopa en París, fallecía Carlos Lapetra, uno de los grandes zurdos que ha dado el fútbol español y líder del equipo de Los Magníficos que conquistó dos Copas del Rey y una Copa de Ferias. Hoy, 27 años después, a escasas horas de esa misma fecha, ha muerto en Bilbao Txetxu Rojo a los 75 años, otra de los mejores zurdos que ha visto este deporte. José Francisco Rojo Arroita triunfó en el Athletic, donde al igual que Lapetra fue un one club man tras disputar 17 temporadas consecutivas con el equipo rojiblanco. En 1966, sus caminos se cruzaron en la final del torneo del KO que ganó el Real Zaragoza con goles del propio Lapetra y de Villa en un partido del que salió santificado José Ángel Iribar, el portero de los vascos.
La historia de los banquillos entre Txetxtu Rojo y el Real Zaragoza comenzó a fraguarse precisamente en otra final de Copa, la de 1994, cuando como entrenador del Celta perdió el partido definitivo en el Calderón frente al equipo que entrenaba Víctor Fernández. Antes había dirigió al Athletic una temporada, y después de Vigo pilotó a Osasuna, Lleida y Salamanca hasta que en 1998 el Real Zaragoza llamó a su puerta por primera vez. Era una etapa difícil, de transición, que había resuelto Luis Costa tras finalizar la era Víctor Fernández y haberse difuminado casi por completo la gloriosa generación del Parque de los Príncipes. Fue el primer técnico que fichó como presidente Alfonso Solans Solans, quien contrató esa campaña a Pablo, Paco Jémez, Savo Milosevic y más tarde a Mondragón por petición explícita de Rojo («Me gustan los porteros altos», fue su argumento para traer al guardameta colombiano). En su primera experiencia en La Romareda consiguió que el equipo se clasificara una digna novena plaza con un último partido en casa que finalizó con una victoria por 2-0, con dos goles de Milosevic, ante el Barça ya campeón de Van Gaal.
Su momento cumbre lo alcanzó en el curso 1999-2000, campaña en la que el Real Zaragoza luchó por la Liga hasta la última jornada. Con Juanele, Lanna y Vellisca como principales novedades en la plantilla y las bajas de Kily González, Gustavo López, Wooter, Gilmar y Belsué, con quien no hacía buenas migas, el equipo de los cuatro centrales (Pablo, Sundgrend, Paco Jémez y Aguado) comenzó a hacerse fuerte en la competición con un fútbol homogéneo y de contundente pegada (fue el tercer máximo goleador con los 21 goles de Milosevic y los 9 de Juanele y Yordi). Marcarle era un ejercicio muy complicado y ajustaba los partidos con un centro del campo fuerte y sedoso con Aragón, el Toro Acuña y Garitano y las piernas incombustibles de Vellisca. Savo era la pólvora y el Guaje, la mecha. Desde la jornada 9 hasta el final no abandonó las cuatro primeras plazas y fue segundo en seis ocasiones.
El 4 de diciembre de 1999, después de triturar por 4-0 al Recreativo, el conjunto aragonés visitó el Santiago Bernabéu. El Real Zaragoza protagonizó una de sus grandes hazañas a domicilio al imponerse a los blancos por 1-5. Dos tantos de Milosevic, otros dos de Juanele y uno de Garitano dejaron en una anécdota el de Raúl. El Real Madrid de Vicente del Bosque se vio sacudido por un tornado. Ese resultado y la forma de amasarlo situaron el equipo de Txetxu Rojo en la órbita de los favoritos pese a que su plantilla no podía competir, en teoría, con las de transatlánticos como Deportivo, Barça y el propio Madrid. Una victoria agónica contra el Málaga en el Municipal (3-2) metió al Real Zaragoza entre los aspirantes a hacerse con la Liga en la última jornada del torneo.
Tenía que darse una carambola, entre ellas el triunfo del Real Zaragoza en Valencia, también implicado en la lucha por el título. El Deportivo, posterior campeón, debía perder frente al Espanyol (se impuso por 2-0) y el Barça tampoco podía ganar en el Camp Nou al Celta (empató 2-2). Milosevic adelantó al conjunto blanquillo en el minuto 5 e hizo soñar a la afición con esa posibilidad, pero el Valencia remontó con dianas de Pellegrino y el Piojo López. El cuarto puesto cosechado no sirvió para que el Real Zaragoza disputara por primera vez la Liga de Campeones, desplazado por un Madrid que, aun quinto, entró entre los cuatro con derecho a pasaporte europeo por su condición de campeón de la anterior edición.
Su excelente trabajo en La Romareda abrió de nuevo las puertas de San Mamés a Txetxu Rojo, pero una vez más fue destituido del Athletic. Tras ese paréntesis, el Real Zaragoza volvió a solicitar sus servicios después de una convulsa campaña que se comenzó con Juan Manuel Lillo y se finalizó con Luis Costa y el título de Copa ante el Celta en la Cartuja. El vizcaíno, cuyo carácter no había calado en La Romareda incluso en sus mejores momentos, estuvo tan sólo 21 partidos al frente del equipo que acabaría descendiendo. El estadio era un constante volcán contra el técnico, con el cántico «Txetxu, vete Ya», y un encuentro irrespirable contra el Villarreal donde la afición pidió a Acuña que lanzase un penalti fuera. Una derrota en Sevilla por 4-2 tres encuentros más tarde supuso la despedida de un técnico peculiar, gran conocedor de los entresijos de un vestuario profesional por su propia experiencia a quien en ocasiones le podía la vena de futbolista idolatrado con razón que nunca le abandonó. Rojo, Polvorilla, era más futbolista que entrenador, un apasionado que ardía por dentro para bien y para mal. Con él, a su manera rebelde, el Real Zaragoza pudo ser campeón.
La familia zaragocista está de luto por el fallecimiento de Chechu Rojo, que fuera entrenador del Real Zaragoza entre 1998 y 2000 y durante la campaña 2001-2002.
Queremos mandar nuestras condolencias a sus familiares y amigos en estos difíciles momentos.
Descanse en paz.
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) December 23, 2022
Día muy duro para los que tuvimos la fortuna de conocerte Txetxu. Nos convenciste de que podíamos tocar la gloria si conseguíamos ser un equipo con mayúsculas. Con tu personalidad arrolladora y una integridad infinita nos hiciste soñar a todos. Siempre te recordaré Mister. D.E.P. pic.twitter.com/565mYk4i0m
— Xavier Aguado Companys (@xaviaguado6) December 23, 2022
perobe315@gmail.com
Para mi ROJO aparte de ser uno de los mejores extremos de su tiempo, con una clase personificada y el no corría por correr el, el balón pegadizo a su pie y luego a jugar . Como entrenador estuvo a punto por vez primera de hacer campeón de liga a nuestro REAL ZARAGOZA, ya luego saben vdes lo que pasó, y porque no me es simpático el REAL MADRID, por los favores que le hacían le hacen y le siguen haciendo .
Como jugador, un extremo izquierdo de los de pisar la línea de cal con maestría. Magnífico. Tambien, un gran entrenador, de complicado carácter, pero de gran nivel. No era políticamente correcto pero era de enorme altura. Siempre pensé que no fuimos justos con él en Zaragoza. Gracias Txetxu. DEP