A superar el eclipse Nieto-Francho

El Real Zaragoza visita al Andorra con el técnico señalando como cruciales la bajas del lateral y del medio para justificarlo todo, listo para las rotaciones y a la caza de tres puntos que frenen su descenso de la zona alta de la clasificación

Nieto y Francho. Francho y Nieto. Tanto monta, monta tanto. Antes estaban también Lecoeuche y Gámez en la ecuación de las justificaciones de Fran Escribá para explicar el marcado declive futbolístico del Real Zaragoza y las dos derrotas consecutivas que ha sumado, ambas sin lograr un triste gol, pero Quentin ya jugó hasta que se acalambró contra el Mirandés y todo indica que su compañero estará de vuelta mañana en Andorra (19.00). Hay laterales izquierdo y derecho, con lo que sólo queda el centrocampista en la enfermería para continuar, si se da el caso, explicando un mal resultado en función de esa baja. El técnico entiende que esos percances han herido el potencial ofensivo del conjunto aragonés, cuya única profundidad se localiza en el fondo de la falta de recursos para buscar soluciones en una plantilla que las tiene. Pero el sistema es el sistema y el entrenador lo ha ejecutado sin parpadear mientras su equipo se ha ido apagando. Doble pivote ralentizado y repetitivo, dos delanteros desconectados y Mesa de interior, en tierra de nadie. La chispa ofensiva la ha encendido en solitario Valera, quien rescató un punto ante el Racing, sin que sea suficiente.

El dilema se centra en descubrir cómo remedia esta vez el entrenador el eclipse Nieto-Francho, dos futbolistas sin duda importantes por el estado de forma que mostraban antes de romperse y por su aportación para darle más alegría al juego. No se puede cuestionar que esas ausencias duelen y afectan, pero el Real Zaragoza estaba construido en teoría para afrontar este tipo de contratiempos que se han traducido en auténticos tsunamis. Escribá, además, empieza a sufrir el mal que ataca a la mayoría de sus colegas cuando los resultados se tuercen: acudir a que las derrotas bien pudieron ser victorias, y que esto es algo pasajero que no va a influir en la moral de la tropa. Otra bomba más en el Principado y se verá si el vestuario está o no blindado frente al efecto de tanta metralla. Las rotaciones pueden traer un pan bajo el brazo si, como se espera, implican los regreso de Aguado, imprescindible en cualquier dibujo, y Bakis, suplente la última jornada y en busca de su primer tanto. Ambos, junto a Valera, vuelven a la tierra que les vio triunfar con la misión de intentar frenar de una vez el descenso del Real Zaragoza en la clasificación, donde fue líder autoritario en números y ahora ocupa plaza fuera del acenso directo.

En los cambios que se producirán en el once para contemporizar el gasto físico que supondrá jugar contra el Alcorcón en casa el próximo domingo con tan sólo un par de días de descanso, puede entrar cualquiera. Lluis López es uno de los favoritos para que Jair se tome un respiro. También Mouriño tiene sus opciones en una defensa con Gámez y Quentin de laterales, o con Borge si uno de los dos da señales de la falta de energía suficiente. La pareja de Aguado es otra incógnita, con posibilidades para Grau si se decide reservar a Moya, mientras que Valera parece fijo y se abre un abanico considerable en el resto del campo. Manu Vallejo y Mollejo estarán de principio aunque sin intuirse cuál acompañará a Bakis. En este caso Azón, que salió con molestias de la pasada jornada, y Mesa se sentarían en el banco de los suplentes. El juego de dar con el once, que menos de media docena de variantes no presentará, no es sencillo y habrá que esperar hasta una hora antes del duelo para conocer la decisión final del entrenador. Eso sí, con un seguro 1-4-4-2 innegociable que hace una vez más del Real Zaragoza un conjunto reprimido.

El Andorra estaba en puesto de promoción a estas alturas la pasada temporada. Eder Sarabia había personalizado un equipo singular en base a la posesión obsesiva pero eficaz y a futbolistas que la ejecutaban con una asombrosa armonía. Aún no se ha recuperado de la marcha de Aguado, Valera, Bakis, Altimira y un central de categoría, Mika Mármol, ahora en Primera con el Las Palmas. Le está costando, si es posible, alcanzar esa personalidad que insiste en orbitar alrededor de la pelota, algo que el Real Zaragoza procurará evitar. Este desplazamiento no admite otra derrota, pero sobre todo solicita que el conjunto aragonés se eleve sobre el escuálido rendimiento de sus anteriores compromisos y que demuestre que su fondo de armario ofrece garantías. Ya es hora de dejar de lamentarse en el funeral que se ha organizado por Nieto y Francho y que Escribá se desprenda de la sotana de sacerdote de la excusa.

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