El marfileño, castigado con cuatro partidos por romper la pantalla del VAR, reduce su trascendencia en el equipo en paralelo a la caída general
Paul Akouokou perdió la cabeza camino del vestuario y del descanso frente a la Cultural Leonesa y el Comité de Disciplina le ha aplicado un castigo, el mínimo para estos casos, de cuatro partidos «por conductas contrarias al buen orden deportivo», según especifica el artículo 105 del reglamento. Juan Sebastián ha sido sancionado con un encuentro por el penalti que cometió y que abrió la caja de los truenos de la derrota y del desquiciamiento general de sus compañeros. El marfileño golpeó con su puño la pantalla del VAR dejándola inhabilitada para el resto del choque, un gesto de inmadurez y falta de profesionalidad por el que el jugador pidió perdón el domingo delante de sus compañeros y en las redes sociales para el público en general. El club, pese a lo lamentable de la actitud del centrocampista, recurrirá, decisión altamente criticada por gran parte de los aficionados, que consideran que tiene lo que se merece y censuran, muy dolidos por la monumental crisis deportiva, a los principales miembros de la propiedad.
Dejó al Real Zaragoza con nueve y ya llevaba una amarilla a cuestas antes de cebarse a lo canalla con la tecnología. La cuestión es que Rubén Sellés no podrá contar con el mediocentro frente a Sporting, Deportivo, Granada y Mutilver la Copa. Akouokou, que había sido la pieza que aportaba equilibrio defensivo desde que debutara frente al Valladolid tras un cabezazo que sacó a Radovanovic de la contienda en el minuto 9, ha ido reduciendo su trascendencia de forma progresiva, en paralelo a la caída del conjunto aragonés. Fijo para Gabi Fernández y para Emilio Larraz, realizó un notable partido contra el Mirandés en la única victoria de la temporada. Su buen posicionamiento, coberturas en ayudas, defensa de las acciones hacia delante y una administración del balón muy correcta sin asumir riesgos y también sin producir verticalidad ni ruptura de líneas, hicieron que, como mal menor, taponara un espacio que reclamaba físico y personalidad.
Las ocasiones del rival se redujeron con su presencia, lo que supuso un alivio para una defensa de poca velocidad. Sin compañía que diera brillo a su trabajo, Akoukou también ha dejado ver que es un especialista de contención, no un constructor, y se le ha ido acumulando el trabajo, en no pocas ocasiones obligado a cargarse de tarjetas y a liderar la lista de más amonestados en Segunda. Vio la amarilla ante Valladolid y Albacete y en un par de ocasiones contra el Córdoba en la que supuso su primera expulsión. De vuelta tras cumplir sanción en Almería, de regreso al once en la presentación y despedida de Larraz, sumó otra tarjeta en la prolongación de la primera parte, frustración que descargó sobre la pantalla del VAR mientras el técnico preparaba la segunda mitad con uno menos, Sebastián, y un 0-2 en el marcador. El futbolista africano llegó a regañadientes al Real Zaragoza después de que Txema Indias llamara con insistencia a la puerta del Lyon y su adaptación fue rápida. No obstante, poco a poco se ha ido perdiendo hasta hacerlo con sus nervios, una licencia que se tomó de forma unilateral y que puede costar cara en la etapa de Sellés que comienza en El Molinón.
N salimos de una y nos metemos en otra. Entiendo que en un momento de frustración por sentirte superado por todo y humillado pierdas por un momento el control y tengas un gesto feo; le des un puñetazo a una puerta, una patada a un banco, al entrar al vestuario arrojes la bota contra la pared…esto nos ha pasado a todos. Pero no es excusa. Hay que mantener el control. Supongo quen no quiso romper el monitor. Somos el pupas.