Alzar la voz para que el Real Zaragoza no sea una sucursal

Autor: Félix Blanco / Entrenador UEFA C

Me niego a pensar que la afición del Real Zaragoza (en adelante RZ) esté encantada o satisfecha con el equipo y dirigentes, todo lo contrario. Diferente posición veo a la prensa, pero por cobardía. Lo he vivido esta temporada y otras en la Romareda. Incluso voy a ser más explícito; entre la afición, sobre todo los que pagan por ir al campo, y el RZ hay abierta una guerra civil y no es de ahora. Desde que en 2006 (año de la maldición) llega Agapito con el acompañamiento del PSOE y compra el RZ se han producido tres descensos; el último en la temporada 2012-2013. Desde entonces, como digo, hay guerra civil y no solo va a continuar, sino que se va a recrudecer.

Cada partido que se juega en la Romareda hay un operativo del CNP a un nivel muy elevado que no se explica de otra manera si no es porque hay riesgo elevado de disturbios y violencia importante. El presidente Mas viene al campo en una furgoneta con lunetas tintadas y escoltas, como si fuese a una zona de alto riesgo de violencia. Entonces, ¿por qué se comporta la afición, o parte de ella, de esta manera?, ¿por qué no hay pitos hacia los jugadores y mandatarios desde el minuto uno hasta el final? Para explicarlo hay que recurrir a la ciencia del comportamiento social y la psicología, más concretamente a la teoría de la indefensión aprendida (Seligman, 1967) que describe una afección psicológica en la que las personas o los animales expuestos a eventos adversos e incontrolables desarrollan una sensación de impotencia, lo que lleva a un comportamiento pasivo y a una falta de motivación para cambiar la situación. Esto es lo que ocurre, que estamos todos hundidos viendo cómo ni con una nueva propiedad, después de como lo han vendido, se sale de la ruina deportiva, que todavía ha empeorado más estando al borde del descenso.

Que el RZ no es ya un equipo autónomo, sino que ejerce, dentro de un conglomerado de sociedades, el rol de sucursal. Tenemos un nuevo Agapito más inteligente y poderoso. Todo este tiempo que ha pasado desde el último descenso, que ha sido demasiado, nos ha sumido en una profunda depresión difícil de salir. Pero no nos vamos a rendir ni dejar pisar las albarcas. Habrá que seguir alzando la voz, y si no nos oyen habrá que alzarla más fuerte hasta que nos oigan. Y digo que la prensa sea libre y hable claro y denuncie, que no queremos sucursal, que lo que queremos es nuestro Real Zaragoza. Que lo devuelvan.

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