La Navidad es la estación de los regresos y de las viejas tradiciones. Vuelve el campeonato, las entrevistas al entrenador de turno y, en el caso del Real Zaragoza, la pregunta obligada sobre el ascenso aunque esté a años luz de la realidad. La prensa ha visitado a Fran Escribá a las puertas de la noche de Reyes para recoger sus impresiones, y se han encontrado con el mismo técnico sincero y tranquilo del año pasado, un hombre cuyo péndulo reflexivo oscila siempre al mismo ritmo. En ese largo viaje por sus impresiones, el entrenador del Real Zaragoza contesta por lo general desde la certeza sobre lo que controla –el equipo y sus circunstancias–, lo que cree –una mejora individual y colectiva del grupo en la segunda vuelta– e invita al lector a entrar en un laberinto de espejos por lo que se refiere a la posibilidad de subir esta temporada a Primera.
Escribá procura que haya un equilibrio de reflejos entre lo que se puede aspirar por lógica o ilógica deportiva y las herramientas de que dispone. En ese juego de ilusiones en el que está obligado a participar por profesional y hallarse en un club histórico y con una enorme cicatriz abierta de diez años por Segunda, participa sin cartas marcadas. Explica que no hay potencial en la plantilla para soñar con un salto a la élite por la vía directa ni se le puede pedir a este vestuario otra cosa que no sea competir para entrar en el playoff, un espacio abierto hasta última hora a cualquiera que huya de los errores y muestre una regularidad sostenida. El Real Zaragoza, cuenta, está entre una docena de aspirantes y no renuncia a a acabar entre los seis primeros con algún refuerzo más y el retorno de Cristian y de Azón, porque a Gueye, por ejemplo, no le espera.
Mientras la propiedad, a través de Jorge Mas y Raúl Sanhellí, ha sido ambigua en cuanto al tiempo aproximado, por supuesto, que hay que invertir para lograr el ascenso pese a su constante martillero de que el éxito llegará con ellos, Escribá sí ha establecido un periodo razonable y que sitúa al aficionado en un marco fijo que puede ayudar a despejar sus urgencias y colaborar, aún más si es posible, a que esa empresa sea verosímil. El entrenador considera desde su pálpito, su experiencia y, se supone, un crecimiento cualitativo de los integrantes de la pantilla, que la cima se puede hollar en un máximo de tres años. No descarta el actual, pero despliega el abanico con firmeza. De esas entrevistas, es el mejor regalo que se extrae porque viene envuelto de franqueza. Ahora resta que los fabricantes den cuerda al reloj de su intuición.
Es el primer entrenador, desde hace mucho tiempo, mucho, que se ha expresado con enorme sensatez. Ojalá le vaya muy bien. Su éxito será el éxito del equipo.
Me gusta como habla y lo que dice el mister FRAN ESCRIBA, siempre de un modo moderado, y con los pies en el suelo . Sabe que lo tenemos difícil pero no reusa a ello, cree que con algunos fichajes, se puede hacer un buen cesto, con aspiraciones por ahora a estar entre los seis primeros . Se puede conseguir siempre y cuando acompañe los resultados y eso so tengamos una regularidad, que eso es lo que le falta al equipo. PAPE no llega, lo lógico sería que viniera uno mejor que el, tenemos el alta del portero argentino , y de IVAN AZON , la llegada del jugador cedido por el CADIZ, veremos hasta donde llegamos pero margen hay porque está segunda división,da oportunidades a todos, pero eso sí debe haber una REGULARIDAD .