En toda su historia, el Real Zaragoza tan solo ha disputado un partido en Nochebuena (la liga lo había hecho otra vez en 1933). Fue el 24 de diciembre de 1939, en Heliópolis, contra el Betis, en un encuentro perteneciente a la 4ª jornada que finalizó sin goles. La Liga se retomó tras el trágico paréntesis de la guerra civil y comenzó con doce participantes. Tras 22 jornadas el Athletic Aviación (predecesor del Atlético de Madrid) conquistó el campeonato. Este equipo era una fusión del antiguo Athletic de Madrid con el Aviación Nacional. En 1937 el Aviación lo componían soldados del ejército del Aire, entre los que se hallaban algunos excelentes futbolistas de la época, que nació con la finalidad de disputar partidos con fines patrióticos y benéficos. Un año más tarde, al trasladarse la Unidad a Zaragoza, empezaron a competir en serio. Se proclamaron campeones de Aragón, jugaron la Copa del 39 y el final de la guerra se trasladaron a Madrid.
Los campos estaban destrozados por el conflicto bélico. El Oviedo pidió una moratoria de un año sin jugar y le fue concedida, por lo que conservó su plaza en Primera. El Atlético tampoco pudo jugar en el Viejo Metropolitano, igualmente destruido. Los colchoneros compartieron estadio con el Madrid CF (hoy Real Madrid), el viejo estadio de Chamartín, que por aquellos tiempos estaba fuera de Madrid (en el municipio de Chamartín de la Rosa). Mestalla o Sarriá, por ejemplo, habían sido empleados para almacenar material bélico y Vallecas se sostenía de mala manera.
Sin muchas de sus figuras, muchas de ellas exiliadas (caso del legendario Andrés Lerín en el Zaragoza), el torneo arrancó el 3 de diciembre de 1939 y se cerró el 28 de abril de 1940. Esa Nochebuena, el Real Zaragoza llegó invicto a Sevilla después de imponerse al Celta (3-2), empatar con el Valencia (0-0) y vencer nada menos que al esplendoroso Athletic Aviación (3-2), con el que también coincidió en octavos de final de la Copa para eliminar a los madrileños en tres partidos: tras dos empates (0-0 y 2-2) los aragoneses pasaron a cuartos con un contundente 4-2 ( el Baracaldo Oriamendi frenó a los blanquillos en esa ronda)i . Ni béticos, que acabaron descendiendo, ni zaragocistas, séptimos al cierre de la competición, consiguieron mover el marcador.
Esta fue la alineación del Real Zaragoza en aquel encuentro que tuvo en el banquillo como entrenador a Tomás Aranda, que contaba con 29 años: Inchausti, Deva, Uriarte, Primo, Ameztoy, Muñoz, Soladrero, Ramos, Doro, Antón y Ruiz.