El martillo de Azón es leyenda en el Real Zaragoza. Ningún otro futbolista aragonés en la historia del club había logrado ocho goles entre los 17 y los 19 años, cuatro la temporada anterior (tres en Liga y uno en Copa) para ser uno de los artífices de la salvación, y cuatro en la competición doméstica en su segunda experiencia en la primera plantilla. Hasta el actual ejercicio, ese honor de constante y prematuro realizador juvenil le correspondía a Jesús Seba, quien marcó cinco con 18 años en la 1992-1993, dos al FREM Copenhagen, otro par en Liga (Tenerife y Albacete) y uno en el torneo de KO (Oviedo). Con el tanto que firmó ante el Fuenlabrada, el atacante del equipo que entrena Juan Ignacio Martínez adelantó a Zaurín y Salva y cazó a otros jugadores de la tierra con la misma cantidad de dianas en su estancia en el Real Zaragoza: Miguel Linares, Raúl Guti y Jesús García Sanjuán. Con 11 jornadas por disputarse, se encuentra a uno de dar alcance a Alberto Belsué y Fernando Soriano. Por delante, además, tiene a Lapetra (61), Bustillo (29), Domingo (21), Violeta (21), Cani (16), Baila (15), Ayneto (15), Pombo (14), Lafita (12), Víctor Muñoz(12), García Traid (11) y Porta (11).
El sábado regresa al lugar de los hechos, Cartagonova. En ese estadio estrenó su artillería pesada en Liga, ya descorchada en Copa en la prórroga de Torrelavega cuando aún tenía 17 años y establecer el récord histórico del goleador más joven en la historia del club. Después de debutar con Rubén Baraja en Tenerife en la jornada inaugural del campeonato y de ganarse la titularidad durante cinco encuentros consecutivos en la etapa de Iván Martínez, con la llegada de JIM quedó desplazado a un papel testimonial, como consumidor de los últimos minutos. En Cartagena, sin embargo, entró y empató en el 81 a centro de Zapater, con la cabeza, el hombro y el cuerpo. Como dice su amigo Francho para definirle, metiéndose en un nido de serpientes. El Real Zaragoza era penúltimo, en una situación delicadísima, y el canterano rescató a su equipo de una derrota terrible. Le dieron otro ratito en Fuenlabrada y sacó el penalti que supuso la victoria, con Tejero de inesperado ejecutor de la pena máxima. Le derribaron en el área en Lugo para que Adrián adelantara al Real Zaragoza en aquel partido que Cristian Álvarez igualó sobre la bocina de la tragedia. Hizo que los tres puntos se quedaran en La Romareda ante el Almería (2-1) y contra el Castellón se sumó a la fiesta del debut goleador en Liga de Francho para hacer el 2-0 a pase de Nieto.
Este ejercicio sigue peleando Azón por hacerse un hueco que no consigue. Álvaro Giménez y Sabin Merino le preceden en los gustos del entrenador como antes lo hicieron el Toro Fernández y Álex Alegría, pero el zaragozano no desiste. Acortó distancias demasiado tarde en Butarque, para ponerse en modo ariete letal en El Molinón con una jugada espectacular y sentenciar al Almería en la tercera ocasión que coincide con Francho acertando con la portería rival. El pasado viernes también despegó desde el banquillo para empatar al Fuenlabrada, demostrando que le importa poco el poco tiempo que le conceden. Lo que le dan lo devora sin detenerse en si es titular («titularísmo»), que lo es, o reserva. Mientras, es la más joven leyenda goleadora aragonesa.
A ver si cambian a los que preparan las plantillas pronto y, para el año que viene, se hace una plantilla en la que los canteranos sean la base