El doble parte médico que se esperaba del encuentro frente al Huesca ha arrojado una excelente noticia y otra muy negativa. Iván Azón, que tuvo que abandonar el campo como consecuencia de los que parecía una rotura de fibras, podría estar para el encuentro frente al Burgos después de que las pruebas que se le han realizado hayan descartado una lesión muscular significativa, «interpretándose las molestias que le obligaron a retirarse durante la segunda parte del partido como una contractura a nivel de la musculatura isquiotibial», explica la web del club. El delantero, máximo realizador el equipo con seis tantos, atraviesa una excelente estado de forma desde que Juan Ignacio Martínez le diera la titularidad hace tres jornadas en Tenerife. Se espera su evolución, pero es muy probable que el canterano esté en condiciones para la cita del próximo domingo en La Romareda.
Por contra, Nano Mesa, cedido por el Cádiz, se perderá casi con absoluta seguridad lo que resta de temporada. Al canario se le produjo una sub-luxación del hombro izquierdo en un choque con Insua que fue reducida en el propio terreno de juego por los servicios médicos del Real Zaragoza. En en la noche del domingo se realizó un estudio radiólogo urgente a su llegada a Zaragoza que descartó una lesión ósea, pero la observación de este lunes con una resonancia magnética se ha apreciando una luxación acromioclavicular grado II de Rockwood, una rotura grado II de fibras profundas del músculo trapecio, así como una bursitis subacromial del hombro izquierdo. El jugador será sometido a un tratamiento conservador mediante inmovilización con cabestrillo y fisioterapia y estará apartado de los terrenos de juego varias semanas.
