Bajo la sombra de la portería

Dejarlo todo o casi todo en manos de Cristian Álvarez es algo demasiado tentador. Pero su condición divina tiene un límite. A sus 35 años está viviendo el esplendor de su carrera, en concreto desde que abandonó el retiro espiritual y aceptó el regreso al fútbol hace cuatro temporadas. El argentino ha sido siempre espectacular protagonista se haya alcanzado el playoff o se haya evitado el descenso. En ese chalado tobogán que es el Real Zaragoza, el de Rosario ha sido el carril más fiable. Mañana, en la segunda jornada, una contractura muscular le impedirá estar nada menos que contra el Valladolid (20.00). No es una lesión grave y se ha preferido que no fuerce bajo el riesgo de que sufra una microrrotura. En su lugar que Álvaro Ratón, tan cumplidor como imprevisible en las acciones aéreas, tan responsable como ya desconectado de lo que es competir en un puesto sin red de seguridad. La sombra alargada de uno y la sombra de la sospecha de otro presiden la antesala de este encuentro.

Hace mucho que se está jugando con fuego, con la  infalibilidad de Cristian como leyenda y como ser humano. Lo uno, sin embargo, no se sostiene sin lo otro, y su cuerpo e incluso su eterna inspiración un día pueden ausentarse para largo tiempo. Ratón ha estado ahí para las eventualidades y ha salido airoso, aunque hoy por hoy, tras varios intentos frustrados de dar continuidad a su carrera en otros destinos y como consecuencia de la inactividad, cada vez se ha alejado más de la figura de segundo portero de garantías. En el listado de fichajes de Miguel Torrecilla, corto en número y justo de calidad por mucha salsa optimista que se le añada a la ensalada, faltan piezas para el centro del campo y, sin la menor duda, para la portería. Como el presupuesto es modesto, el director deportivo ha priorizado con necesidades urgentes sin estimar la opción de contratar a un guardaespaldas de Cristian que pueda suplirle sin provocar dudas e inquietud no solo entre el aficionado, sino también en sus compañeros.

Condicionar por completo la salud del Real Zaragoza a la salud de Cristian de forma permanente supone un riesgo mayúsculo que un equipo, sean cuales sean sus aspiraciones, no puede permitirse. Es muy probable que Ratón responda con la profesionalidad que le caracteriza en el mismo esceanrio que le vio debutar un 23 de octubre de 2016, cuando retiró de la circulación a Irureta. También que el partido le venga grande. Esa incógnita que no debería siquiera plantearse se irá despejando según transcurran los minutos. Álvaro, no obstante, no estará solo en Pucela, donde el conjunto aragonés está obligado a dar mucho más que en el debut frente al Ibiza. Defensivamente, su principal mandamiento, mantuvo el tipo, pero por el resto del campo fue un alma en pena táctica y física. Para esta cita, Juan Ignacio Martínez podrá disponer de los cinco fichajes que le ha traído Torrecilla, aunque en la titularidad es probable que tan solo aparezcan Gámez y Álvaro Giménez como gran novedad atacante. Petrovic, Borja Sainz y Lluís López –a la espera aún de que sea inscrito en la Liga– apuntan por diferentes motivos a la reserva, aunque los dos primeros volverán a tener minutos. El once, con Ratón a la cabeza, sufrirá si acaso una variación más que la del meta y la del delantero: Zapater, ya recuperado de las molestias que le impidieron jugar el pasado viernes, podría volver al centro del campo seguramente en lugar de Francho.

Esta vez el enemigo es de nivel y habrá que contenerlo y no ofrecerle espacios alegremente. El Real Valladolid, que no ha fichado a nadie todavía, tiene de todo, también un entrenador, Pacheta, que imprime una intensidad sin tregua a sus equipos. La última vez que se cruzó con el Real Zaragoza fue con el Elche en aquel playoff de infausto recuerdo para el conjunto aragonés. Tres centrales, dos laterales muy largos, Luis Pérez y Olaza, una medular con Roque Mesa y Toni Villa para la invención en la salida y en la terminación y dos puntas poderosos en el cuerpo a cuerpo, Marcos André (en el último ensayo ha recibido un duro golpe) y Weissman. Con el exzaragocista Roberto en la portería, esa portería que el Real Zaragoza ha entregado de forma vitalicia a un Cristian que no estará.

 

 

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