Víctor Fernández confirma que el serbio y el vasco no están para 90 minutos, pero que le compensa lo que puedan aportar para equilibrar el equipo durante los partidos
A Víctor Fernández le salió redonda la apuesta por Bazdar contra el Levante. El serbio arrastraba una sobrecarga en el aductor y le reservó de inicio, pero en el minuto 68 entró por Soberón con el empate en el marcador. El serbio se fabricó un gol magistral y dio la victoria y el liderato a su equipo. Aketxe también comenzó el encuentro sentado en el banquillo después de cuatro partidos de baja por una lesión muscular en el cuádriceps, producto de una pésima gestión de su estado físico, aún sin madurar tras una pretemporada corta y de unos innecesarios minutos en el debut de Liga en Mirandilla. El vizcaíno entró por Adu Ares y, además de dejar detalles de su calidad, estrelló un balón en el poste como aperitivo de su gran especialidad, las faltas directas. La conclusión directamente relacionada con el resultado es que el entrenador acertó de pleno, pero asumió riesgos muy elevados con un par de futbolistas importantes en el proyecto que no están en las condiciones adecuadas para competir al cien por cien.
«¿Bazdar está para 90 minutos? No lo sé. ¿Aketxe está para 90 minutos? Tengo dudas. Objetivamente, no lo creo». Ambos volverán a entrar en la citación para el encuentro frente al Sporting entre los propios interrogantes descritos por el técnico, que para justificar sus presencias alude a que existen distintos roles que han de interpretar los futbolistas según su estado de forma para hallar el equilibrio adecuado en cada momento de un partido. Esta teoría hiperbólica se traduce en que, pese a no a hallarse bien, los considera de máximo valor y prefiere tenerlos a su lado una vez más por si tuviera que recurrir a ellos. Todo apunta a que serán reservas y a que volverán a jugar en caso de emergencia. Es decir que serán expuestos al peligro de las recaídas de sus dolencias sin resolver o recién superadas. Si uno u otro, o los dos, participan directamente en un hipotético triunfo, la jugada del entrenador será calificada de maestra. No todo es tan simple aunque lo parezca.
Víctor Fernández nunca se ha caracterizado por su paciencia con las altas médicas de sus futbolistas fetiche, a quienes reclama lo antes posible. En su caso, la búsqueda de esa armonía administrada que predica se reduce a una visión cortoplacista, al deseo de disponer de los que considera los mejores aunque sea durante un pasaje de los partidos. El contexto, con apenas seis jornadas disputadas y con el Real Zaragoza en la parte alta de la clasificación, es el idóneo para que se imponga la sensatez en un asunto tan delicado como la salud de dos integrantes principales de la plantilla. ¿Se asegura la victoria en El Molinón con Bazdar y Aketxe de revulsivos? ¿Merecen la pena los tres puntos si alguno sale lesionado? «Objetivamente no creo que estén para 90 minutos». Si alguien no está para 90 minutos, no está para 30 en los que debe emplearse con la explosividad de 90 y más en esta categoría donde la calidad no avala el miramiento con los esfuerzos. Otro escenario sería hallarse a las puertas de un objetivo, donde habría que evaluar y seguramente aprobar esos riesgos que ahora mismo carecen de sentido alguno.
Sinceramente, los mejores tienen que jugar,aunque sea de revulsivo, no es lo mismo 90 minutos a tope, que entrar cuando el otro equipo está más cansado. Es un riesgo, pero yo los pondría si el resultado está igualado.
Cómo sois los periodistas. Si se pierde que porqué no los saca y aunque se gane que se asumen riesgos innecesarios. Qué fácil es criticar.