Zaragoza, el zaragocismo siguió anoche muy de cerca en la final de Copa de la Cartuja a su hijo adoptivo, a Borja Iglesias, un futbolista que sólo jugó una temporada en La Romareda pero que se ha quedado en lo más profundo del corazón de la afición no sólo como deportista y goleador, sino como ser humano. Y celebró el título del delantero como si fuera suyo, inundando las redes sociales con felicitaciones y agradecimientos; con peticiones a Luis Enrique, presente en el encuentro, para que le lleve a la selección, al Mundial de Qatar teniendo en cuenta su magnífica actuación y su gran momento. «Sí, he dormido con la medalla de campeón aunque la tengo en la mesilla de noche. No creo que me la quite de encima en días», confiesa a Príncipes de París desde el hotel donde descansa en Sevilla antes de afrontar un domingo de locura para el beticismo.
El Panda, aún con la resaca de la felicidad y la celebración sobre los hombros de esta mañana inolvidable para el equipo andaluz, atiende a esta web con la voz ronca. Amable y atento, como siempre, con la sensibilidad a flor de piel por la respuesta hacia su figura de una ciudad que lleva muy dentro desde que pisó el estadio por primera vez en su presentación en 2017 y Kase O, su ídolo, le acompañó para entregarle una camiseta con su nombre en el dorsal. Anoche fue bético hasta la médula, tras ganar su primer título, marcar el primer gol al Valencia y recibir el trofeo de jugador más valioso del partido. Tocó el cielo verdiblanco, pero en ese espacio tan íntimo tiene reservada butaca fija para el club que le ofreció la oportunidad de dar el salto al profesionalismo: «Un trocito de esta Copa es también del Real Zaragoza, cómo no».
Boja Iglesias explica que durante los días previos al encuentro ya comenzó a sentirse «muy arropado desde Zaragoza con un montón mensajes de todo tipo, cariñosos, de aliento. Ha sido increíble cómo se ha volcado conmigo una afición tan especial para mí». El futbolista del Betis comprende el porqué de la alegría antes y después del partido de los seguidores del club blanquillo no sólo por él «sino porque sé perfectamente lo que este trofeo significa para ellos, para su gran historia en la que yo he tenido la fortuna de forma parte». El club se abre a una nueva aventura con el cambio de propiedad. «Estoy muy pendiente e ilusionado. Sé que volveré a verlo muy pronto donde se merece».
Muchas felicidades Borja, por ser campeón de Copa, por ser el merecidísimo MVP del partido, por tu golazo, y por lo gran persona que eres. Un zaragocista que te sigue y te admira.