Víctor Fernández entrega el lateral izquierdo a Calero, que releva en el puesto a Clemente, un cambio de clara decisión técnica después de que el aragonés tuviera una desafortunada actuación frente al Castellón. El resto de la defensa no se mueve pese a que los nombres de Jair y Nieto habían flotado en el deseo popular por sus buenas actuaciones en la Copa contra L’Hospitalet. Lluís López y Vital siguen en el eje con Luna en el costado derecho.
El otro cambio significativo se produce en el centro del campo, en concreto en el corazón de la medular, donde la lesión de Keidi Bare, con molestias por un golpe en la rodilla, ha llevado al entrenador a apostar por un doble pivote nuevo con Aguado y Francho, que regresan a la titularidad. Lo demás no se mueve, con Aketxe en la derecha, Liso en la izquierda y Bazdar y Azón como hombres más adelantados en el encuentro frente al Granada.
El Real Zaragoza busca rectificar en esta cita su mala racha como local, que se ha traducido en tres derrotas consecutivas, y sumar tres puntos que le mantengan en el pelotón de los seis primeros, posiciones de privilegio que podría perder por primera esta temporada si sumase otro tropiezo frente a los nazarís. Para conseguirlo, el equipo se ha propuesto en primer lugar rectificar su desplome defensivo y las entradas sin energía a los partidos después de encajar 12 goles en las última seis jornadas, desde la derrota en El Molinón. Además, en cinco de esos encuentros ha tenido que ir a remolque como consecuencia de su pájara en los primeros minutos.
El partido se juega bajo presión, más de la cuenta. El conjunto de Víctor Fernández ha entrado en un claro declive pese a su pegada, con más carga de ocasiones que de puntería y en algunas situaciones muy favorables, en dos ocasiones contra rivales en inferioridad numérica. Ahora mismo es un bloque fracturado con la mirada demasiado puesta en el mercado de invierno para rectificar los errores de la ventana de verano. Los cambios de sistema aplicados por el técnico, el rombo sin preparación previa, tampoco han ayudado. La victoria se contempla como algo medicinal, pero el Granada de Fran Escribá, que viene de perder ante el Levante, supone un obstáculo importante. El exentrenador zaragocista sale con ciertas reservas y un solo punta, Uzuni, para poblar más el centro del campo, una zona donde el Real Zaragoza vuelve a examinarse sin futbolistas ganadores de duelos.
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