El delantero, con tan sólo 19 años y contrato del primer equipo, se esmera en la pretemporada para demostrar de una vez que es un jugador completo y no una gran promesa a medias camino de una nueva cesión
Se presentó el 4 de julio en la Ciudad Deportiva con cinco kilos menos después de regresar de su amarga cesión al Real Madrid y someterse a una exigente puesta a punto mientras el resto de la plantilla disfrutaba de las vacaciones. Durante estas jornadas de la pretemporada, Luis Carbonell es uno más en todos los sentidos. Física y mentalmemte muestra el perfil profesional que pide su posición. Juan Carlos Carcedo, pese a que su juego se ajusta al de un delantero centrado, lo está utilizando siempre en banda, donde el canterano pierde influencia para explotar por completo su talento. Pero ni rechista mientras sus compañeros comentan la buena disposición de Carbonell y sus incuestionables virtudes técnicas. Con cuatro años más de contrato y en dinámica de primer equipo se está esmerando para demostrar (a sí mismo también) que es un jugador completo y no sólo una gran promesa bajo sospecha.
En el juvenil campeón de Iván Martínez apuntaba a las estrellas. Original, inteligente, rebelde, con gol y visión para la asistencia era la pieza más brillante de aquella luminosa generación. El propio técnico le hizo debutar en Almería con 17 años en el tramo más tomentoso de una temporada que terminó por devorar a ambos en el despacho de Miguel Torrecilla, pero con no pocas aprobaciones del entorno del director deportivo. El entrenador fue despedido y el atacante mantuvo un pulso tenso que acabó con su salida a un Real Madrid donde, además de sufrir una rotura de menisco, apenas tuvo peso en el juvenil de Hernán Pérez, hace unos días relevado por Arbeloa. Tampoco consiguió minutos oficiales en el Castilla de Raúl González y al final del préstamo, el club blanco desestimó hacer efectiva la opción de compra de 1,5 millones de euros que se había pactado.
De aquel triplete y su exhibición frente al Apoel en la Youth League y su presencia en la selección sub 19 queda la huella de un futbolista que no gestionó bien las pautas de la progresión deportiva y humana hacia la élite y que lucha por recuperar el terreno perdido por malos pasos. «Al cien por cien, es el mejor jugador de la plantilla», afirma un viejo aficionado del Real Zaragoza que ha seguido de cerca su trayectoria. Puede que tenga razón, pero nunca por debajo de ese porcentaje con el balón en los pies y, sobre todo, con los pies en la tierra que le ha regalado una sublime calidad y que debe abonar en esta nueva oportunidad no sólo con la picardía del barrio Oliver que le hizo querido y popular, sino con la responsabilidad de un futbolista hecho y derecho.