Cuatro goles en siete jornadas son síntoma incuestionable de que la salud ofensiva del Real Zaragoza no es la mejor. La de siempre en los últimos tiempos para ser exactos. Si no fuera por su ya heredada solidez defensiva, ese lastre habría arrastrado al equipo aragonés a una zona de descenso de la que se halla muy cerca. La recuperación, al cien por cien según el jugador, de Iván Azón y la garantía de Giuliano como agitador al alza ofrece la posibilidad de cambiar el dibujo frente al Eibar, pero Juan Carlos Carcedo se ha reservado los derechos de autor en cuanto se le ha sugerido que pueda apostar por esa opción. «Después de una derrota se analiza lo que se ha de mejorar. Intentaremos darle al equipo herramientas para cambiar la mala imagen que ofrecimos en Miranda. Salga quien salga, lo hará muy motivado para dar lo mejor ante nuestra afición». El técnico camufla como jugará arriba mañana, aunque todo indica que no parece muy dispuesto a hacerlo con dos delanteros. «Hasta ahora no teníamos esa alternativa. Nos ofrece mayor potencial ofensivo y estamos en ello para crear más ocasiones, algo que se está haciendo, y conseguir más goles». Carcedo entiende que «se han creado oportunidades, somos uno de los equipos que más dispara a puerta. Lo que nos ha faltado es eficacia, y estamos en mejorar ese faceta del juego».
Lo único seguro es que Francés no entrará todavía en la lista. «Está bien de físico, pero tenemos que tener precaución. Esta cerca de volver pero todavía no estará disponible. Sería precipitado». En cuanto a la lesión muscular que sufre Eugeni en la zona isquiotibial, prevé que «no estará demasiado de baja. Tiene una pequeñas molestias pero el lunes comenzará a trabajar de forma parcial». Carcedo mira más al campo que a la enfermería. Le ha hecho pupa los sucedido en Anduva y no quiere que vuelva a ocurrió contra el Eibar. «En Mirando no estuvimos en el partido en ningún instante. Queremos cambiar la cara, afrontar este comprmiso con más ímpetu y entregarle a los aficionados estos tres puntos tan necesarios que tanto se merecen por su esfuerzo tanto cuando viaja como cuando viene a La Romareda a apoyarnos. El Mirandés nos superó en todo, de la primera a la última acción del partido, y eso no nos lo podemos permitir con el Eibar. Nuestra intensidad debe ser mucho mayor». Sobre los armeros piensa que «es un equipo que estuvo muy cerca de subir la temporada pasada y que cuenta casi con el mismo bloque. Aun así hemos demostrado que podemos hacerlo muy bien contra rivales de esta envergadura».
Su imagen, la de Carcedo, se está asociando cada vez más a la de un técnico demasiado preocupado por el enemigo, un método que encorseta a un Real Zaragoza más pendiente del adversario que de sí mismo. El entrenador discrepa con esa percepción pública. «No estoy de acuerdo. Se les intenta dar a los jugadores conocimientos de cómo juega el rival. Nosotros jugamos siempre igual para contrarrestar sus virtudes, pero disponemos de nuestras poropias herramientas para salir con la pelota o jugar en largo no es necesario; presionar más alto o más bajo. Tenemos una buena identidad y el lunes lo demostraremos». Al conjunto aragonés le esperan cuatro partidos, tres de ellos en casa, que podrían marcar su futuro inmediato en una u otra dirección. «Todos los encuentros son importantes, sobre todos los de casa para hacernos fuertes. En este categoría cualquiera te puede derrotas y ahí están los ejemplos de Andorra y Mirandés. Conseguir tres puntos es una tarea difícil. En La Romerada, coo el dia del Sporting que dio gusto ver cómo la gente se volcó con nosotros, es donde debemos hacernos fuertes».
Víctor Muñoz y Víctor Fernández, en una declaraciones al Periódico de Arón, dejaron entrever que este no será el año del accenso. «»Veo lógicas sus declaraciones como aficionados. Nosotros debemos trabajar al máximo y sumar los puntos que nos permitan tener más confianza y cambiar así la opinión de mucha gente».