Las ruedas de prensa de Juan Carlos Carcedo se resumen en que su contestaciones vienen dadas en las preguntas del periodista. La que ha ofrecido antes del encuentro del Granada podría ser idéntica a cualquier otra. El técnico no aporta lo más mínimo en sus respuestas, acudiendo a lugares comunes ya visitados cuando se planta frente al micrófono. Ni una sola concesión, ni una pista… Siempre la misma cantinela, de carrerilla. Por sacar un titular: «Los tres puntos nos darían un subidón». El resto puede ir directamente a la papelera. ¿Ausencia de Azón? «Hay oportunidades para otros». ¿Presión alta en Granada? «Hay que mantener la alta y la media en función de nuestras características y de cómo se dé el partido». ¿Gueye? «El otro día le vimos mejor e irá a más». ¿Cómo afrontar esta salida? «Con ambición y intensidad». ¿Mantener la racha goleadora? «Los goles son amores». ¿Las quejas de la afición? «El público debe ser exigente, Hay que ver por qué ocurre y conseguir que esté orgullosa». ¿Plan para esta cita? «Le damos importancia a nuestro equipo y hay que conocer al rival. Es un equipo dominador en casa. Debemos salir como el otro día, con motivación». Pura dinamita retórica.
Pero no es novedad ni es pecado sólo de Carcedo. Hace mucho que en el mundo del fútbol, futbolistas, entrenadores, directivos dan siempre las mismas respuestas y no se salen del guión :»estamos con el entrenador» » No ha podido ser», «Lo hemos dado todo». Tengo un amigo que era periodista (en marca) y lo dejó porque decía que estaba cansado de hacer siempre las mismas preguntas y obtener siempre las mismas respuestas idiotas