Champán para un punto sin gas

El Real Zaragoza, como siempre sin identidad y a lo loco, salva el empate gracias a un penalti riguroso que le sirve para alejarse del Eldense sin más garantías para el resto de la temporada (1-1)

El punto sumado, según se desarrolló el encuentro, es como para descorchar una botella de champán sin ningún brindis por el fútbol, ausente de gas toda la noche y burbujeante en una recta final a lo loco, lo suficiente para que Vital sacara un penalti de un forcejeo y Soberón, desde los once metros, evitara la enésima tragedia en La Romareda. No hubo sello de Gabi Fernández. Es casi imposible que un entrenador, veterano o novato, saque más jugo de este equipo retraído, pusilánime y temeroso de su clasificación tan próxima al descenso. El nuevo técnico lo intentó desde la prudencia y sus jugadores se aplicaron en la moderación, sin querer saber demasiado de un Córdoba que buscó el triunfo y lo tuvo en la mano arriesgando lo justo, maniobrando con el débil estado de ánimo de su rival. Ni personalidad, ni carácter. Por supuesto sin la red de seguridad defensiva que le falta de nacimiento. El conjunto aragonés se despega un poco más del Eldense, pero sin garantías de nada para el resto de la temporada. Se queda clavado en el infierno con un calendario para echarse a temblar: visita al Racing y recibe al Mirandés. Se va a hacer larga esta penitencia.

Había expectación por comprobar cómo iba a responder el Real Zaragoza de Gabi, que descartó de cuajo los tres centrales. Con Poussin de vuelta a la portería, Calero de lateral izquierdo, Guti de titular y Liso de vuelta al once. Durante muchos momentos fue idéntico al de Víctor Fernández y también al de Miguel Ángel Ramírez, un grupo huérfano de padre y madre. El Córdoba lo trató con desdén en ocasiones. Se sintió superior con el balón y lo movió sin urgencias, esperando a que la afición apretara la soga ante la impaciencia y la escasez de la oferta. Obolskii, un ruso con percha de portero de discoteca, mantuvo a raya a los vacilantes Vital y Jair, incapaces de frenarlo sin una falta de por medio. Alex Sala, fino y vertical, activó a sus compañeros en una medular donde Guti acusaba su falta de ritmo en la posición de volante y Moya y Francho no lograban imprimir liderazgo. Isma Ruiz, Jacobo y el siempre inquietante Carracedo comenzaron a entrar en calor con el balón, una herramienta que el Real Zaragoza maltrata por norma. Sin embargo, un pase magnífico al espacio de Moya a Liso estuvo muy cerca de premiar la apuesta plana de los locales, pero mientras pensaba el canterano por dónde marcar, Rubén Alves le robó los donuts. El central y su pareja, Albarrán, se tragaron literalmente a Dani Gómez y Soberón, dos islas sin agua dulce.

El encuentro fue por donde quiso Iván Ania. La verdad que no hace falta ser catedrático para someter a este Real Zaragoza. Con Luna y sobre todo Calero muy incómodos, este último por pura lógica a pierna cambiada, el Córdoba empezó a aproximarse a Poussin en las botas de Carracedo, un extremo de los que hacen pupa con la cadera y con los centros sin necesidad de armar la pierna. Le puso un caramelo a Obolskii que el delantero cabeceó fuera por poco y de inmediato se plantó frente al meta francés y le obligó a una parada de su mejor repertorio. Poco después se supo por qué da igual que esté él que Femenías, en un córner que sobrevoló todo el arco de seguridad aéreo zaragocista para que Rubén Alves marcara junto al segundo palo. Se pusieron todos para salir en el selfie como pasmarotes: Jair, Vital, Calero… Y, cómo no, Poussin, que vio pasar el esférico junto a sus cejas y dio un saltito de la rana que debería patentar. Qué fácil es romperle la mandíbula a un equipo incapaz de protegerse siquiera contra su rincón. La noche se oscureció todavía más y sonó a réquiem en un estadio que cada día de partido se asemeja más a un complejo funerario.

Hubo ruleta de cambios. Gabi se debía preguntar en dónde se había metido, con el runrún del campo por la elección de los relevos. Tasende sustituyó a Luna para que Calero se fuera a la derecha, Adu Ares relevó a Liso y Gómez dejó su puesto a Pau Sans. El entrenador buscó aire fresco por las orillas y el Real Zaragoza ganó en pujanza sin una pizca de llegada. A empujones, carreras a la desesperada y balones a la olla, a Vital le agarraron de la camiseta mientras el portugués hacía lo propio con su marcador. El colegiado vio penalti en esa baile de estirones y Soberón no falló la pena máxima. La vida sigue igual o peor, aunque el punto hay que abrazarlo como si fuera un hijo con diplomas en todas las asignaturas. Triste, pero el Real Zaragoza no da más de sí, tan sólo para pelear por las migajas y por una permanencia que llevarse a la boca si antes no se la parten.

1 – R. Zaragoza: Poussin; Luna (Tasende, m.66), Vital, Jair, Calero; Francho, Raúl Guti (Aketxe, m.89), Toni Moya, Liso (Adu Ares, m.66); Dani Gómez (Pau Sans, m.76) y Soberón.

1 – Córdoba: Ramón Vila; Carlos Isaac, Xavi Sintes, Rubén Alves, Albarrán; Isma Ruiz, Pedro Ortiz (Magunazelaia, m.76), Alex Sala (Theo, m.76); Carracedo, Obolskii (Ander Yoldi, m.83) y Jacobo González.

Goles: 0-1, m.64: Rubén Alves; 1-1, m.80: Soberón, de penalti.

Árbitro: Avalos Barrera (Comité de Cataluña). Amonestó con tarjeta amarilla a Toni Moya, Soberón y Calero, del Zaragoza; y a Alex Sala, Isma Ruiz, Carracedo, Mangunazelaia, Jacobo González y Rubén Alves, del Córdoba.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima segunda jornada de LaLiga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante 17.637 espectadores.

02 comments on “Champán para un punto sin gas

  • Leonardo , Direct link to comment

    El sábado próximo mientras anochece sabremos que nuestro equipo está ya en descenso. Es imposible que con estos mimbres se gane al Racing y es mucho más que probable que el Eldense, muy motivado y que ya demostró su superioridad en la Romareda, gane al Burgos.
    El calvario seguirá porque el Eldense tiene mucho mejor calendario y el golaverage ganado.
    La crisis y descomposición del equipo es de tal envergadura que sólo cabe esperar la pérdida de categoría, por una razón de peso: El equipo tiene el nivel de Primera Federación , pero además de los de media tabla
    Pierdan toda esperanza de una reacción, no saben, no pueden…

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