Cinco finales de la Recopa en casa

No me disgustó la puesta en escena de Gabi, muy “cholista” en la estética, incluso algo “bordalasiana” (el míster llega del Getafe B), pero claro, con diferentes jugadores. Sí se ve un punto superior de intensidad en todos los futbolistas. Así el Zaragoza se juntó en el área sin complejos ante el equipo que mejor juega al fútbol en control y pase, el Racing de Santander. Los cántabros, durante muchos minutos y como en el partido de ida, nos pegaron un repaso en la ocupación de espacios gracias a la aparición de sus hombres por muchos sitios y la seguridad técnica al combinar. Fue obviamente la expulsión de Calero, a la media hora de partido, la que dejó al cuadro blanquillo con negras y sin reina.

Nos quedamos sin saber si este planteamiento de inicio hubiera propiciado que el Racing siguiera sin sumar ocasiones muy claras y que el Zaragoza lograra estirar el chicle con cierta frecuencia como para resultar dañino. Con Calero fuera por su acción de juvenil teniendo ya una amarilla, la sumisión en El Sardinero se hizo mucho más insidiosa. Solo era cuestión de saber quién, cómo y cuándo batiría a Poussin, después de que este ya consiguiera detener la pena máxima del primer tiempo.

Y como suele ser habitual, hubo negligencia en los dos tantos recibidos: la primera de Tasende, que ya tiene experiencia para saber que en el área hay que tocar carne para tocar balón o, cuando menos, molestar al que va a rematar. Nada, una madre de la caridad en esos menesteres; y el segundo de Jair, capaz de salir airoso en muchas intervenciones con esa figura de luchador de circo que tiene, y después regalar un balón a un atacante contrario con la excusa de que tiene la pierna derecha porque hay que tener dos.

Gabi rajó de las actuaciones arbitrales, lo cual me resultó llamativo llevando solo dos encuentros en el banquillo del Zaragoza. Hizo suya una reivindicación de todo el año, con valentía, pero con resultados prácticos que están por ver. ¿Que alguien tiene que decir algo en el club de los silencios? De acuerdo. Que sea el técnico que acaba de llegar, no lo tengo tan claro. Tampoco me imagino al de Miami haciendo un comunicado. Y el director general, mejor si va planteando los números del fútbolín retráctil o del hipotético ingreso en Primera Federación, porque cada vez que ha querido aparecer no ha estado muy lúcido.

Pienso que nunca hemos visto las orejas al lobo tan de cerca. Y son grandes, las condenadas. Cuesta no tener miedo y cambiar la preocupación por esperanza. Sigue el Zaragoza dependiendo de sí mismo y hay más equipos implicados aparte del Eldense, pero ninguno con una trayectoria tan decadente en resultados como la del conjunto aragonés.

La afición blanquilla es una garantía de apoyo en estas situaciones. Miren el calor que ofreció al equipo el sábado en Santander. La Romareda lleva varios años atravesando distintos estados de ánimo como Vivaldi en sus estaciones: se ilusiona, empieza a dudar, se desengaña, se cabrea, y lo muestra… pero cuando asume que tiene que dejar la crítica fuera de los noventa minutos y animar como en la final de París, se mete en ese papel con responsabilidad. Y así tiene que ser otra vez sí o sí.

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