Ramírez se suma al mensaje simplista del director general con un punto de altivez sin diferenciar la realidad de que el partido no es definitivo con la realidad del Real Zaragoza
Hay un concurso abierto en el Real Zaragoza para ver quién derrapa más. Para, en una situación tan crítica como la actual, matricularse en cómo generar la campaña más desafortunada de llamamiento a la unidad, procedente además de dos personajes que no concentran precisamente las simpatías de la afición. Primero fue el director general ayer, que cada vez que asoma por detrás de las redes sociales no hay forma de tomárselo en serio. Fernando López ha aterrizado en el club con carnet de piloto pero sin distinguir entre el embrague y el acelerador. Asesorado o no, su figura plana, su desconocimiento del ecosistema y su cada vez más acentuado perfil de hombre de paja de la propiedad ha vuelto a esbozar una arenga gaseosa ante el partido contra el Eldense, un descorche de burbujas sin sustancia: «Es Posible, Es Posible volver a ganar, Es Posible volver a creer, Es Posible seguir unidos, Es Posible dar la vuelta a esta situación y Es Posible volver a celebrar juntos». ¿Celebrar? Es posible que no haya alguien más peligroso que un ignorante.
Esta mañana se le ha unido Miguel Ángel Ramírez, muy de acuerdo con las palabras de su superior. El encuentro de este sábado, ha dicho, «ni es una final ni un drama». El técnico se ha negado a incorporarse a la corriente de máxima preocupación frente a este encuentro y está de acuerdo en la intención del director general de «aunar voluntades». Para llegar a esa conclusión se basa en la realidad pura y dura, es decir que ocurra lo que ocurra, queda mucho por delante. Le acompaña la razón en la misma medida que el desatino en la exposición de su teoría contemporizadora, que en nada guarda relación con proteger a la plantilla de más tensiones de las necesarias. Por supuesto que perder una vez más en La Romareda, donde desde que dirige al equipo aún no se conoce la victoria, no supondría el fin del mundo. Ahora bien, Ramírez, como le ocurre a López, es un pasajero más de estos tiempos de mediocridad hasta en el saber estar. Y este instante pedía, sin necesidad de ahondar en la calamidad, un discurso más próximo a las circunstancias y a la sensibilidad de la hinchada, que sí percibe la gravedad del presente como amenaza del futuro.
Pero ni López ni Ramírez, dos novatos, llevan brújula en este viaje por un territorio, el zaragocista, cuya ingente dimensión deportiva e histórica rechaza la proximidad con otro descenso más, con otra vergüenza insoportable, al menos para la afición. Ese desapasionamiento del entrenador con una cita como la de mañana no es una estrategia, sino un gesto inapropiado e inoportuno de altivez. Claro es una final, claro que es un drama al margen de que al final del partido todo se suavice con un triunfo. Pero para entenderlo hay que diferenciar entre la realidad y la realidad del Real Zaragoza, un equipo forzado a vivir una vez más al borde del abismo, en un lugar que no por familiar induce a la costumbre. Si se sale de esta por rendimiento propio o desgracia ajena, el otro drama sería que esta pareja de principiantes siguiera al frente de sus puestos de mando. Que se vayan a celebrar al Atlético Liliput o al Inter de Neverland.
Alfonso escribió » Ese desapasionamiento del entrenador con una cita como la de mañana no es una estrategia, sino un gesto inapropiado e inoportuno de altivez» y yo añado lo que es más preocupante de IGNORANCIA, soberbia, falta de profesionalismo quien solo ha manejado mulas mecánicas esta al mando de un Ferrari.
Sigue siendo un riesgo seguir en manos de este entrenador, contando con una hipotética victoria esta noche siendo muy optimista, el equipo debe enfrentarse de aquí a final de temporada de manera intercalada a Santander, Almeria, Mirandes, Huesca, Oviedo y Levante tiene gen competitivo para sobrevivir, la respuesta es NO. AUPA REAL ZARAGOZA