Cómo puede influir el Mirandés en el descenso y perjudicar al Real Zaragoza

El fútbol en pandemia es una actividad contranatura, pero los intereses económicos forzaron su reactivación mientras el resto del país sufre las restricciones sanitarias aplicadas por Gobierno y Comunidades. Había que jugar bajo cualquier pretexto y las consecuencias, en forma de contagios, se han ido sucediendo pese al severo control establecido para que los jugadores profesionales quedaran aislados en burbujas. El covid, cuyo control es hoy en día una quimera, se ha saltado sin esfuerzo todos los protocolos, en este caso en su versión de la cepa británica. El último en caer en masa ha sido el Mirandés, con 13 casos asintomáticos entre plantilla y cuerpo técnico, lo que ha provocado ya un par de aplazamientos de sus partidos: contra el Rayo y el Tenerife. Este domingo, el conjunto burgalés tiene previsto jugar contra el Sporting en El Molinón con 15 efectivos disponibles de la primera plantilla.

El Comité de Competición establece que los equipos de Segunda pueden solicitar el aplazamiento de un par de encuentros por casos de covid-19 a lo largo de la temporada, pero al tercero se le daría como perdido. El equipo jabato va a tirar con lo que tiene para el resto del curso a la espera de que los infectados vayan regresando una vez cumplido su periodo de aislamiento. Otra cosa es en qué condiciones físicas se reintegren al trabajo y de qué manera el Mirandés podría contar con ellos al cien por cien. En cualquier caso, parece improbable que, en el caso de nuevos aplazamientos, se aplique la derrota por 3-0 como solución si es la Liga, como ha ocurrido hasta ahora, la que solicita el aplazamiento. La ambigüedad del protocolo intenta aclararla el Comité de Competición: “Al ser LaLiga quien presenta la petición, se entiende que el club no es el responsable de esa situación, por lo que no le contaría”.

El Mirandés tiene 41 puntos y está, aproximadamente, a cinco o seis más de conseguir la permanencia. El dilema es hasta qué punto influirá su actual situación en el campeonato aun presentándose a todos los partidos que le restan por disputar. Su delicada salud deportiva, con alineaciones muy forzadas por la falta de efectivos y la obligación de que sobre el campo haya siempre siete fichas profesionales, mermarán considerablemente su capacidad competitiva. Y podría afectar directamente a la lucha por el descenso, donde está inmerso aún el Real Zaragoza. El equipo burgalés debe enfrentarse hasta el final de la Liga a Logroñés, Albacete y Sabadell, tres implicados en el pulso por la permanencia y por lo tanto enemigos directos del conjunto aragonés. Lo hará en clara inferioridad dando por hecho que se presentará y que la Liga avalará sus derechos para no darle por perdidos los encuentros si se diera el caso.

La incertidumbre es absoluta fruto de la irresponsabilidad general y de haber aceptado la reanudación de unas competiciones que podrían verse adulteradas. Logroñés, Albacete y Sabadell tienen muchas opciones de vencer en sus compromisos con el Mirandés, por lo que habría tener en cuenta por previsión una clasificación virtual que los presente con tres puntos más a cada uno. Con el Real Zaragoza forzado a aplicarse aún más para evitar la caída entre los cuatro últimos.

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