Corazón de hierro, puño de azúcar

El Real Zaragoza de agosto es un equipo aguerrido y sin delantero al que Juan Carlos Carcedo busca soluciones para que amenace mientras le duran las fuerzas y al que que va recomponiendo según se hace evidente el cansancio y la capacidad para marcar un gol. No embocó en sus mejores y contadas ocasiones sea quien sea el protagonista, en este caso y en la primera parte Vada en un balón peinado de Jair y Gámez y Chavarría con disparos que obligaron a lucirse a Cárdenas, y el entrenador se puso a gestionar los cambios como quien trasplanta un corazón. Le sobra entusiasmo y por momentos alegría al conjunto aragonés, pero le falta imaginación y tablas, como ocurrió en la segunda mitad en contragolpes donde Francho y Giuliano tomaron las peores decisiones. No se le puede pedir más a la muchachada. La súplica hay que hacérsela al club, a la dirección deportiva para saber si quiere que el Real Zaragoza sea un superviviente o un aspirante a llegar por lo menos a la orilla de los mejores. Con Iván Azón lesionado en la grada y sin que se atisbe el alta médica y huérfano el vestuario de otro punta con más veneno que el alternativo Narváez y el inexperto Simeone, los empates pueden empezar a convertirse en una carga tan pesada como la temporada anterior.

El Levante es un peso pesado que esta recta final del verano tampoco ha engrasado mucho su mecánica. La puerta giratoria que diseñó Carcedo con Bermejo, Vada y Eugeni entrando y saliendo para agitar a los tres centrales de Nafti funcionó. Se conquistaron espacios, sobre todo por el carril derecho, y acortaron las uñas de los valencianos, que comenzaron arañando con una presión sobre la nuez del juego zaragocista y acabaron refugiados hasta sobreponerse de la ocasión de Vada, un regalo que el argentino recibió de Jair y que no supo desenvolver solo ante Cárdenas. La defensa, con Gámez disparando cañonazos en zona de rechace, asumió la responsabilidad ofensiva en ese momento del encuentro de mucha posesión. Chavarría lo intentó con su fusil y Francés apareció para asistir al vacío… Ese desgaste descomunal obliga a marcar, porque si no es así, las energías invertidas se esfuman y acude el peor enemigo de visita: una sensación progresiva de impotencia que se suma al agotamiento. El Real Zaragoza de hierro contra el Real Zaragoza de azúcar. ¿Resultado? El empate no sin agobios, una mano redentora de Cristian y el larguero como intermediario para conseguir un punto.

Porque el Levante y Nafti se fueron percatando de la blandura de la escuadra de Carcedo más allá de la correcta administración del esférico. El entrenador tunecino renunció a un central e incorporó talento a un Levante demasiado dependiente de su infructuosa superioridad aérea y de un Wesley Moraes que, salvo en una ocasión que se quitó de encima a Francés como si fuera un mosquito y acarició el gol de cabeza, tuvo serios problemas para imponer su complexión ciclópea frente al central. La entrada de Campaña y De Frutos, es decir del fútbol, resultó un suplicio para el Real Zaragoza, ya de caída libre en la competencia por el partido. Un testarazo de Álex Muñoz forzó a que Cristian se estirara con lo que le restaba de su gloriosa  intervención en Las Palmas, y el arquero llegó junto al palo para evitar el tanto granota. De Frutos lanzó al larguero y a Soldado no le alcanzó le pie para llegar a un pase de la muerte que pasó de largo.  Carcedo ya había activado las alarmas de emergencia con relevos que más que juego aportaran oxígeno, caso de Mollejo, Francho, Giuliano, Puche y Larrazabal. Aún le quedaba al Real Zaragoza orgullo para irse a por el triunfo, pero le vino grande el guante en dos briosas carreras que resolvió con ingenuidad al enviar sus golpes al aire. Primero bala sin diana y luego buñuelo. Torrecilla cabeceando en el palco junto a Jorge Mas porque no le gustaba lo que veía pese a que es obra suya.

Real Zaragoza: Cristian, Fran Gámez (Larra, 81´), Francés, Jair, Chavarria, Jaume, Molina, Eugeni (Francho, 55´), Bermejo (Mollejo, 55´), Vada (Puche, 81´) y Narváez (Giuliano, 62´).

Levante UD: Cárdenas, Son, Pier (Campaña, 45´), Postigo, Vezo, Álex Muñoz (Franquesa, 88´), Iborra, Pepelu, Melero (De Frutos, 62´), Cantero (Montiel, 69´) y Wesley Morales (Soldado, 69´).

Árbitro: González Francés (comité canario). Amonestó a Postigo (min. 73) por parte del Levante.  Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del expresidente José Ángel Zalba y por los abonados fallecidos recientemente. 17.400 espectadores en La Romareda.

 

 

One comment on “Corazón de hierro, puño de azúcar

  • Maño de Vilassar , Direct link to comment

    Si la memoria no me falla, los fichajes de delanteros de nivel, se hicieron siempre al comienzo de la pretemporada, casos de Bastón, Angel, Borja Iglesias, Luis Suárez. Al final del mercado solo queda miseria. Y así nos va a ir. Y Lamban y Azcón en el palco, reverenciando al cubano Presidente testaferro de Gil Marín. Qué catetos somos en ocasiones.

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