Corazón humano, alma extraterrestre

En cuatro jornadas, con un mundo por delante aún por descubrir, el Real Zaragoza toma el liderato con futbolistas de carne y hueso y una convencimiento sobrenatural en sus posibilidades

Esta categoría es una fulera profesional que devora por igual a tahúres que a novatos del juego. La bola nunca está donde parece bajo el recipiente en una partida de 42 jornadas por donde los equipos viajan por un tobogán de rendimientos y resultados que conducen a la euforia o a la depresión y viceversa. El Real Zaragoza es el líder al término de la cuarta jornada con tres victorias y un empate y en ningún momento se ha comportado como un jerarca. Ni el 0-4 de Cádiz ni en el 3-0 frente al Elche, dos soberanos repasos que asumió con decisión y humildad, siempre seguro de sí mismo, alado por la juventud y el descaro para reponerse en la dificultad de Cartagena con una remontada o asumiendo su condición terráquea para resistir el empate en Anduva. Ha sido muy superior y ha tenido sus picos de bajón. El equipo de Víctor Fernández de la campaña 2019-2020, con una plantilla de más brillo, se ha visto superado por el equipo de Víctor Fernández de la 2024-2025 en este breve periodo de la competición: con los mismos puntos que entonces, diez, tiene dos goles más a favor, nueve, y los mismos en contra, tan sólo uno. La tendencia es estupenda siempre que no se deje seducir por la condescendencia o la soberbia, pecados que este equipo no parece dispuesto a cometer. Si le derrotan, los rivales deberán ser muy superiores.

El fenómeno, inesperado y gratificante, se explica desde la biología y la psicología. También desde la figura de un Víctor Fernández que alienta al atrevimiento y huye de las excentricidades. Este Real Zaragoza es puro corazón, una concentración de futbolistas de carne y hueso que explotan sus virtudes y evitan sus defectos. El portero, Poussin, viene del diván del psicoanalista; Lluís López es un tercer central y Vital pertenece a los defensas portugueses de rompe y rasga: Tasende destacó en el Villarreal B y Calero resurgió en su madurez con el Cartagena; Keidi Bare es de los pocos con un pasado en la élite, mientras que Aguado trabaja para ser el mediocentro diferencial que fue en el Andorra; Bermejo estuvo con el chándal del Sporting y tuvo que volver tras frustrarse la cesión; Liso, sí, Adrián es de los pocos que sobrevuela la normalidad con el piloto automático de la verticalidad: Soberón procedía de una carrera en su mayor parte lejos del fútbol profesional y Bazdar se enmarca dentro del catálogo de las jóvenes promesas al igual que Marí. Francho, Azón, soldados de batallas por la salvación; Moya, un centrocampista con fútbol pero sin galones; Luna, recuperado sobre la bocina del mercado de verano; Clemente, un hijo pródigo; Kosa, un central por descubrir; Gori, un elegante mediocampista sin físico suficiente todavía; los veteranos Cristian y Jair, suplentes por accidente, y las esperanzas de Aketxe y Adu Ares como piezas diferenciales. Quién sabe si Pau Sans para alegrarnos la tarde.

El optimismo se había instalado en el cuerpo técnico y en la afición, pero la estructura de la plantilla añoraba (y añora) primeras opciones, líderes en puestos clave y algún extremo más, con la portería pendiente de revisión cada partido. Pero el despegue ha sido perfecto, nada casual, en la mayoría de las ocasiones con un plan bien trabajado antes y durante los encuentros al que se han sumado errores de los adversarios para allanar el camino y casi ni un solo fallo propio. Todos para uno y uno para todos. La presión, el robo alto, el balón largo sin pudor cuando sea necesario en situaciones de peligro o como recurso de pase incierto. La solidaridad, la velocidad. Calero ha asistido en dos ocasiones con centros exactos, Soberón, el yunque, ha firmado dos dobletes, algo que no ocurría desde Ángel Rodríguez; Francho lleva un par goles saliendo de la banca, uno para ganar y otro para incluirlo en la vitrina de los trofeos; Liso va por su carril sumando novias en todas las ligas; Bare blande el sable como guerrero o mariscal; Azón besa los postes… Y todos, más o menos inspirados, defienden con fervor. El Real Zaragoza es un equipo muy humano, pero su alma posee una cierta aura extraterrestre. Por ahora, el híbrido funciona como un reloj en una categoría que tarde o temprano dará sus horas de máxima dificultad. Entonces se comprobará la vida de esta fe sobrenatural.

One comment on “Corazón humano, alma extraterrestre

  • Leonardo , Direct link to comment

    Excelente comentario. Y sí, hay esperanza.
    Quiero hacer una acotación sobre Liso.
    Hay que cuidarlo al máximo, es el más rompedor de todos, su atrevimiento no tiene límites y le sale casi todo lo que intenta. Una lesión de este jugador sería una CATASTROFE, NO TIENE RECAMBIO.
    CUIDADO!!
    Si se tiene el partido encarrilado, al banquillo.

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