Cordero, el primero en renunciar al ascensor

El director deportivo rompe con la tendencia de todos sus antecesores en el cargo durante la década en Segunda de presentar el regreso a Primera como objetivo prioritario en la parrilla de salida

«De mi boca no saldrá la palabra ascenso». Esa afirmación de Juan Carlos Cordero cuando se le cuestionó sobre un regreso inmediato a Primera rompió con la tendencia de todos sus antecesores en el cargo durante la década en Segunda de presentar el retorno a Primera como exigencia de salida. El director deportivo fue más allá, y aunque admitió que el objetivo es estar entre los mejores, mantuvo una prudencial distancia entre el significado histórico del club y la realidad de que son los jugadores y no la grandeza de la institución quienes conducirán al equipo, si se da el caso, al éxito. En su línea de prudencia, envió un mensaje de paciencia para una temporada que, como todas, en ninguno de los casos será sencilla. «Para Pilares no podemos pedir ya la cabeza de un entrenador o de un futbolista. Ni ver un empate como un mal resultado».

El quinto director deportivo del episodio más oscuro en la biografía del club ha sido el primero en renunciar al goloso ascensor. Ha cogido las escaleras y las quiere subir de una en una, con paso firme pero prevenido para los tropezones y las zonas resbaladizas. Hasta ahora, por una su otras razones, por confianza, entusiasmo o mala información, sus cuatro antecesores se dejaron llevar por la tentación de nombrar el ascenso de forma directa o simbólica. Con plantillas preparadas para el reto y con equipos a años luz de poder postularse para estar entre los seis primeros. Ángel Martín González, un profesional comedido y consecuente, dijo esto en su presentación, en 2014: «El ascenso es el objetivo. Debemos pelearlo desde el minuto 1. Lo de la temporada pasada fue un poco peculiar porque empezamos tarde, pero pensamos que en esta podemos subir». Fue el que más cerca estuvo de lograrlo, hasta el último y amargo suspiro en la final contra el Las Palmas. En diciembre de 2015 acabó en el cadalso junto a Ranko Popovic.

Narcís Julià, su relevo, tampoco se caracteriza por la venta de humo a granel. Pero en algún momento lo hizo con cautela. «Los actuales jugadores son los mejores que se pueden disponer para el reto del ascenso y que como director deportivo tengo que defenderles e incentivarles con el convencimiento de que deben ser ellos los que tienen que lograr ese objetivo». Más adelante, en la puesta de largo de Raúl Agné en Lugar de Luis Milla, indicó que se mantenía el objetivo del ascenso a Primera, pero pidiendo tranquilidad: «Deseamos toda la suerte a Agné en el Zaragoza. Sigo confiando al máximo en este proyecto, aunque requiere paciencia y el tick necesario para sacarlo adelante». Lalo Arantegui tomó el testigo del catalán en 2017. Midió siempre sus palabras y en su debut en los despachos, el equipo disputó el playoff para caer en la semifinal contra el Numancia. En el curso 19-20, con Víctor Fernández en el banquillo, volvió a quedarse a dos palmos de Primera en una frustrante eliminatoria frente al Elche. Renovado por cuatro temporadas más, hasta 2024, y tras una colisión nada disimulada con el técnico campeón de la Recopa, a quien la Fundación quería renovar a toda costa, Arantegui se dejó llevar. «Se acabó el luto, volveremos a pelear por el ascenso». Sus apuestas por Baraja e Iván Martínez le condenaron y fue destituido.

Miguel Torrecilla fue el elegido para rearmar al Real Zaragoza para una salvación que parecía imposible el invierno de 2020. Su decisión más acertada fue la contratación de Juan Ignacio Martínez, un entrenador de su máxima confianza y que le respondió al 200%. «Hay plantilla suficiente para pelear por el ascenso, para estar en la pomada». Así se arrancó en su primera valoración sobre el mercado de verano, ya con cargo en plaza. Aún en febrero de 2022, en la 15ª posición y a siete puntos de la zona de promoción, insistió en su desmedido optimismo: «Me mantengo, el equipo va a tener argumentos para pelear por estar en la pomada». El cambio de propiedad no supuso su salida pese a su nefasta labor, sobre todo en la contratación de delanteros. Raúl Sanllehí le dio un voto de confianza para mantenerlo como puente en la mudanza de poderes y administración deportiva y se lo quitó al certificar su escasa cualificación. Cordero no se ha dejado seducir por ahora por los cantos de sirena del ascensor. Ha dispuesto el campamento base en la entreplanta e intentará subir piso a piso sin prisa pero sin pausa. Lo mejor abrigado posible para otro invierno que quiere ser primavera.

02 comments on “Cordero, el primero en renunciar al ascensor

  • MENÉNDEZ GARCÍA JOSÉ MANUEL , Direct link to comment

    Subir la próxima temporada no dejaría de ser otro milagro como el gol de Nayim, merecido pero milagroso. Si se logra el play of sería un éxito, y después todo pudiera ser posible, probable…Subir de campeones o de segundos exigirá dos o cuatro temporadas más. Así que mejor estar en play of los próximos dos y contar con el acierto y la suerte de Nayim, cuanto antes.

  • Entryes , Direct link to comment

    Yo no quiero renunciar a nada, ni al ascenso directo, aunque entiendo que que tiene decir públicamente es lo que dice. De momento, es un DD más serio que Torrecilla y, si yo fuese jugador, me gustaría más venir a este Zaragoza que al del año pasado

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