El director deportivo, a la espera de conocer la disponibilidad económica, tiene claro que la base del nuevo Real Zaragoza debe ser de jugadores con cuajo en la categoría
La configuración de la plantilla para la próxima temporada va tarde en los tiempos, condicionada por dos aspectos fundamentales, la profundidad económica de que disponga el club en función de lo que invierta la propiedad, de la frontera financiera que establezca el límite salarial y la amplia reestructuración de un vestuario donde hay futbolistas que acaban contrato (Ratón y Zapater), otros que disponen de una relación contractual y no se cuenta con ellos, casos de Quinteros, Igbekeme, Eugeni, Manu Molina y Sabin Merino, y la decisión de prolongar alguno de los préstamos, con el nombre sobre la mesa de Giuliano Simeone como gran y única preferencia. Gaizka Larrazabal y Carlos Vigaray estiraron un año más sus respectivos compromisos al rebajar sus emolumentos el pasado verano e incluir una prórroga de un año más si el club lo considerase oportuno, algo que la entidad no piensa ejecutar. Vada, por contra, firmó hasta 2023 con otra campaña opcional sobre la que tiene la decisión, aunque se intentará llegar a un acuerdo con el argentino para romper ese vínculo.
Juan Carlos Cordero, el director deportivo, está pendiente de un considerable abanico de negociaciones para liberar espacio en la plantilla y en la tesorería con la idea de darle otro perfil muy distinto al actual. Su margen de maniobra dependerá en gran parte de los condicionantes económicos que Raúl Sanllehí enumeró en su día, pero el ejecutivo trabaja en un modelo de equipo en el que sobre todas las cosas prime la experiencia en la categoría. Pese a que el fondo de inversión y los discursos de Jorge Mas y el director general apuntaran a la cantera como cimiento de presente y de futuro, los rasgos que pretende aplicar Cordero al equipo son de futbolistas con recorrido en Segunda y que mantengan la ilusión y la condición física intactos para seguir compitiendo al máximo.
La dirección técnica valora la juventud y la cantera, que seguirá jugando un papel importante, pero sin depositar en ella la carga de responsabilidad que ha tenido que soportar en los últimos cursos sin el abrigo de profesionales que dieran una mayor altura a su crecimiento ni al del conjunto. Se abordará un buen número de fichajes en casi todas las posiciones, desde la portería al ataque, con especial inclinación al delantero con gol, aspecto en el que se ha fracasado con estrépito y ha conducido al Real Zaragoza a sufrir tres campañas pugnando por evitar el descenso. Lo que no se contempla son fichajes de alta alcurnia sino profesionales que robustezcan el plantel desde su veteranía en Segunda.
Se ha detectado que algunos futbolistas del actual equipo que habían tenido ascendencia en clubes de menor riqueza en cuanto a historia y masa social, se han arrugado frente a la presión que ejerce La Romareda y el entorno, por lo que la intención desde la dirección deportiva es adquirir también carácter y personalidad. En los préstamos, vengan o no por el conducto de las sinergias, se evitarán los experimentos y los rellenos. Cordero, en su primera decisión de responsabilidad desde que se hiciera cargo del puesto, está acentuando en la necesidad de fortalecer un equipo al que observa bastante bisoño y muy influenciable en los contratiempos. Esa columna vertebral que ambiciona, aun con todo, necesita una respaldo económico que habrá que descubrir hasta dónde alcanza.
Ojalá le dejasen, pero Sanllehí no se lo va a permitir.
Mientras Jorge Más no pegue un golpe encima de la mesa que haga saltar de su silla al director deportivo, no se logrará nada en el plano deportivo.
Está fuera de toda duda que la cantera no da para que el equipo pueda competir entre los mejores. Tendrán que venir de fuera. Confío en una planificación inteligente en la confección de la nueva plantilla. Se necesitará gente experimentada en la categoría, siempre que no sean viejas glorias en el final de su carrera. No dan resultado y sería un error.
Das a entender el señor HERNANDEZ, siempre genial en sus apreciaciones, que según las pelas , que es lo importante aquí, según en la posición que quedemos el REAL ZARAGOZA, seguro que del décimo para abajo, depende de los fichajes que se hagan.
Que el señor CORDERO, quiere apostar por gente VETERANA, eso es una cosa y otra que lo dejen, y si eso es así por lo que se ve , con la CANTERA, se va a contar poco, es decir con los tres que la actual directiva renovaron se contará los FRANCES, FRANCHO e IVAN AZON .SI, dicen que quieren contar con gente veterana se contará una temporada más digo yo con ALBERTICO ZAPATER.
Por lo cual me salen siete bajas, pero aquí viene el problema y con los CANTERANOS que van despuntado que se hace, los PUCHE, MARCOS LUNA, PAU SANS, GUILLEM NARANJO, y los cedidos MARC AGUADO, ANGEL LOPEZ, BASELGA y LUIS CARBONELL .
Menudo problema tiene el señor CORDERO, no sabe cuanto dinero tendrá para fichajes, no sabe en que posición quedará el equipo , no sabe si seguirá el mismo entrenador FRAN ESCRIBA, aunque se comenta que no es su tipo, y que CORDERO al que le gusta a él para la próxima temporada, la once consecutiva en segunda, es el soriano PABLO MACHIN, será verdad o son solo rumores .
Lo primero que tiene que planificar es un plan de lesiones. Apostar por una preparación física decente que minimice el número de lesionados durante la temporada. Dejar de contratar saldos con formas físicas superquebradizas, buscando jugadores «de hierro». Calcular que, aun así, van a producirse bajas por lesión, con lo que hay que tener previstos repuestos de garantías. Especialmente en la delantera. A continuación es conveniente determinar un esquema de juego y fichar jugadores que se adapten a él (el esquema es el que debe determinar la política de descartes en los canteranos). Con esta base, ya se puede pensar en el entrenador. Otro factor determinante en el diseño debe ser el nivel de los equipos descendidos: si los que descienden son Sevilla, Valencia y Elche, quedando en 2ª el Levante, el Alavés y el Éibar, el nivel de los jugadores que se contraten debería ser más alto; si se quiere subir.