Cristian, cabeza de familia junto a Ter Stegen, Oblak y Mariño

El argentino, que estará al menos un mes de lesión, es el cuarto portero con más temporadas consecutivas en el mismo equipo en el fútbol profesional español

Todo indica que Cristian Álvarez no regresará a la portería hasta después de las fiestas navideñas. Es decir que se perderá seis partidos de Liga más el de Copa de este fin de semana. Un fractura en el cúbito le tendrá en la enfermería justo cuando el equipo más necesita de su futbolista de mayor influencia le acompañe o no el aura que en tantas ocasiones ha deslumbrado. La ausencia, pese a que Álvaro Ratón, haya cumplido con cierto decoro cuando ha tenido que sustituir al argentino, pone los pelos de punta por la tesitura que atraviesa el equipo. No hablamos de un cualquiera, sino del padre de la plantilla por personalidad y rendimiento. Ratón, su relevo de cámara una vez más pese a que en un segundo plano se halle Rebollo, es un arquero sin ritmo alguno de titularidad y poco convencido de sí mismo. Es una situación de emergencia contemple como se contemple a la que deberá hacer frente Fran Escribá en su estreno en el banquillo.

La dimensión del rosarino la ofrece la confianza que ha tenido de todos sus entrenadores, para los que ha sido titular indiscutible durante las seis temporadas desde que regresó de su retiro espiritual. 199 partidos de Liga en los que ha recibido 211 goles, 1,06 por encuentro. Actualmente, en el fútbol profesional, entre Primera y Segunda, sólo existente tres guardametas que le superen en continuidad en el mismo club: Ter Stegen, del Barcelona, Oblak, el cinco veces trofeo Zamora del Atlético, y Mariño, del Sporting. El holandés lleva bajo el arco azulgrana nueve campañas, las dos primeras por detrás de Claudio Bravo, las mismas que el esloveno, quien en su primera experiencia rojiblanca tuvo por delante a Moyá. El cancerbero del Sporting, el único de Segunda que está por encima de Cristian, cumple su séptimo curso en el Molinón aunque en el de su estreno, a la sombra de Iván Cuéllar, solo jugó dos partidos de la competición doméstica. El vigués lleva una media de 0,88 tantos encajados por encuentro.

En Primera, Jordi Masip cuenta también con media docena de campañas defendiendo al Valladolid, pero con menos fechas que el portero del Real Zaragoza. Fernando, del Almería, figura en la plantilla del club indálico desde hace seis años, si bien a la sombra en varias de ellas de René y Makaridze. David Soria es otro ejemplo de fidelidad: cinco cursos de titular en el Getafe. Un escalón por debajo en categoría, Sivera aparece seis temporadas en el Alavés, pero sin apenas peso específico en el conjunto vasco salvo este ejercicio. Con Pacheco por delante, ha participado muy poco en este largo periodo de espera con un paréntesis de cesión al Almería, donde Fernando y René tampoco le dejaron paso. Aunque Yoel lleva siete años perteneciendo a la disciplina del Eibar, sólo en su debut y esta campaña ha sido considerado como guardameta principal. En su camino se han interpuesto sobre todo Dimitrovic y Cantero. Cárdenas lleva toda la vida en el Levante, entre el filial y los mayores, con un par de años de confianza en el primer equipo.

Cristian Álvarez, con 37 años, es el alma del Real Zaragoza por peso humano y ante todo deportivo. El equipo aragonés va echar de menos el espíritu protector del cuarto portero más constante en el tiempo del fútbol profesional español tras Ter Stegen, Oblak y Mariño. Esa clasificación lo dice todo en una posición donde la experiencia sí es un grado. Dos si además, como es el caso, es el cabeza de familia.

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