El argentino se incorpora al grupo dos meses y medio después de su superar su tercera lesión muscular para configurar un escenario con un exceso de guardametas titulares
Cristian Álvarez ya está aquí dos meses y medio después de la última de las tres lesiones musculares que le hicieron sufrir una temporada de pesadilla y de un verano en el que, sin declaración oficial al respecto, se movieron algunos hilos para presentar al guardameta cerca de la jubilación, a lo que le rosarino respondió a través de la redes sociales con un mensaje rotundo sobre su predisposición a cumplir el contrato que expira en 2025. Esta mañana se ha unido al grupo, al igual que el francés Lecoeuche, en lo que por el momento tiene más de simbólico que de proximidad a una reaparición cercana, pero su presencia en la Ciudad Deportiva confirma el alta médica y dibuja un escenario sobrecargado de jugadores titulares para ese puesto.
La situación ha dado un vuelco sobre las previsiones y las intenciones de Víctor Fernández y Juan Carlos Cordero, que en principio habrían abortado el fichaje de Badía para ofrecer una nueva oportunidad a Poussin, además de estar expectantes para ver cuál es la respuesta física del argentino cuando la exigencia sea mayor. El técnico dijo que su idea sobre los descartados, entre los que estaba el meta francés, era innegociable, pero la peculiaridad del mercado y la necesidad de reinvertir en otros puestos más urgentes ha hecho que reconsidere su contundente afirmación.
Poussin, con relación contractual hasta 2026, es un profesional más que correcto, pero dos errores monumentales en Gijón –apenas se hizo mención del primero y tan grave de Toni Moya en El Molinón con 0-2– y en la Copa hicieron que Cordero renegará del arquero que él mismo había traído y le señalara como uno de los principales responsables de la mala campaña. Hoy, son embargo, el director deportivo, forzado por esta especial tesitura, vuelve a mirarle con buenos ojos. Parte Poussin señalado con el riesgo que supone el peritaje al que le someterá la afición, aunque por cualidades podría ser perfectamente titular.
Femenías, de un nivel medio, apunta a ser el elegido para debutar en Cádiz el viernes 16 mientras Cristian se sigue poniendo a punto desde la tercera línea para dar el salto a la primera si su cuerpo se lo permite. En igualdad de condiciones, el orden debería ser Cristian, Poussin y Femenías. Será a la inversa en un contexto excesivo puesto que con dos porteros compitiendo por ser el escogido en cada jornada es más que suficiente, dejando la tercera plaza para el guardameta del filial.
La anomalía es considerable porque con ese excedente, ninguno ofrece garantías absolutas, al menos para un equipo que tiene el ascenso en el punto de mira. Víctor Fernández deberá establecer de salida una jerarquía que podría variar en cualquier momento, sobre todo si, con el tiempo, Cristian reclama su lugar con los mismos argumentos que le hicieron ídolo de la grada. El rosarino lo intentará y no será sencillo. En el caso hipotético de que lo consiga, sería una excelente noticia subrayada por las dudas de una posible recaída. Entonces, ¿Femenías, Poussin? La pelota lleva veneno camino de la potería.
Se debería fichar otro portero, pues la plantilla tiene pocos y hay que asegurar una correcta temporada.
Menos mal que Cristian puede jugar de delantero ya que tiene más gol que algunos infames que han venido o están. Y, quién sabe, igual Femenías resulta ser un muy buen central y Poussin un distribuidor de juego inigualable.
Nunca se sabe
¿Alguien se ha parado a investigar de verdad los procedimientos de Cordero a la hora de fichar?,estoy seguro que nos sorprenderías de algunas cosas no tan lejanas.