Cómo se vio en el regreso: «No fue el regreso soñado, desde luego. La nota positiva es que acabé físicamente bien y esta semana he vuelto a entrenarme cargado de ilusión».
La derrota: «Es normal estar preocupado después de 1-3 en La Romareda en un partido que podía alejarnos de la zona complicada. Preocupa cómo se dio el resultado, abultado. Las cartas salieron de esta manera y estamos ya reseteados».
La inactividad: «Lo viví con muchos estados anímicos. Momentos de ilusión de verme cerca de volver a estar cerca del grupo, viendo al equipo desde fuera en una situación que no es fácil, con recaídas y con tanta inactividad por primera vez en mi carrera. He sentido muchas cosas, pero me ha dejado un gran aprendizaje para mi vida».
El futuro: «No he pensado cómo planteármelo. Llevo cinco semanas entrenando y mi objetivo principal era sentirme portero dentro del campo para recuperar sensaciones. Ese el objetivo a corto plazo. El otro día una persona me dijo que cuando el niño muere el futbolista se acaba, y mi niño está muy vivo ahí dentro».
Papel de capitán en crisis: «Es una situación atípica. He lidiado como mi situación personal y con la del equipo. No es sencillo en dinámicas negativas que todas las cabezas estén en positivo. Dentro de eso, lo que he intentado hacer por encima de todo es que priorice el grupo, y se ha entendido de esa forma, trabajando con mucha energía y con ganas de sacarlo adelante».
La calculadora: «Lo afrontamos con responsabilidad de saber en dónde estamos parados y con muchísima seriedad Eso marcará la temporada. Sacar la permanencia cuanto antes. Responsabilidad es la única palabra que contemplo y dejar a un lado la ansiedad, apretándonos todos juntos par ganar el próximo partido y afrontar con tranquilidad el resto de los encuentros».
No rendirse: «Las recaídas son muy complicadas. A mis 38 años no tuve la serenidad de esperar una semana más para estar mejor. Desde luego no pensé en retirarme. Ahora lo tengo que vivir el día a día, semana a semana, y así a lo mejor juego hasta los 42 años».
En contra del fracaso: «Nunca he medido mi vida con la vara del éxito y el fracaso. Porque así podría decir me tendría que sentir un fracasado estas siete temporadas por no ascender, pero no me siento así. Es cierto, sí, estamos lejísimos de donde queríamos estar después de ganar cinco partidos consecutivos, pero sentirme fracasado iría en contra de mi propio trabajo».