Guardar silencio es una forma táctica de actuar en situaciones complicadas y esperar en la sombra que la falta de señales tranquilice los diferentes conatos de crisis en una sociedad preocupada por el desarrollo de los acontecimientos. También es un indicio de experiencia social apoyar las iniciativas del público y seguirles la corriente, valorando expresamente lo realizado al margen de las decisiones tomadas desde el poder. Todo esto viene a colación de la falta de información previa al partido frente al Mirandés y la cesión de la portavocía del Real Zaragoza a Gabi Fernández; sus declaraciones posteriores al encuentro, las imágenes tanto fijas como en movimiento de su actitud en el banquillo con los jugadores y la afición tras la victoria, que han sido ofrecidas como única noticia en las redes sociales del club y exportadas a los medios de comunicación afines.
De cara al encuentro del sábado se mantiene esta estrategia con el alzamiento épico de los jugadores más valorados del equipo y la entrevista ayer de Poussin, que ha vuelto a ser un revulsivo y que se expresa con un sentimiento veraz y honrado sobre lo que puede suponer una segunda victoria consecutiva en La Romareda. Ocultarse y favorecer la proximidad de quienes realmente sienten sobre el terreno de juego el sonido de las gradas es un recurso, como decía al principio, pero de corto recorrido. Si se dejan escapar dos o tres puntos contra el Éibar todo se vendrá abajo y, si se gana, se prolongará la ansiedad hasta el desplazamiento contra el Levante.
Incluso alcanzando la permanencia en las próximas cinco jornadas se irá reforzando con más fuerza la reacción contenida de un público que se siente defraudado e incluso engañado esta temporada. Con un entrenador cedido que no seguirá, sin director deportivo que haya empezado ya a configurar la plantilla para la próxima campaña, toma cuerpo la dependencia extrema de los responsables de la gestión deportiva del Atlético de Madrid con rostros que ya se empiezan a conocer. Pronto se volcará todo el contenido informativo en el nuevo estadio modular que deberá entrar en funcionamiento con el comienzo de la liga y el crecimiento de la grada sur de la Romareda. Eso sí, este difícil equilibrio solamente se conseguirá con una victoria el sábado; romper una racha tan negativa es provechoso pero la confianza puede derivar en una falta involuntaria de intensidad que solamente estalla cuando se juega uno la vida.