El periodista hondureño Víctor Bustillo ofrece un perfil completo de Kervin Fabián Arriaga, quien estuvo a punto de perder un pie de niño
Con su altura, 191 centímetros, y una naturaleza de puro 5 aunque haya sido utilizado de forma eventual como central, el nuevo fichaje del Real Zaragoza, el primero de la ventana de invierno, se caracteriza por su alto grado de intensidad, según descubre el periodista de Diario Díez Víctor Bustillo, perfecto conocedor de la carrera del futbolista desde sus primeros pasos. Destaca Víctor «su carácter, muy fuerte», un personalidad brava que de niño tuvieron que corregirla en Puerto Cortés, principal puerto de la costa atlántica hondureña donde nació hace 27 años. Uno de sus mentores, Víctor Bernárdez, recordaba que tuvo que atemperar las barridas del Misilito por la agresividad con que se empleaba. «Parece siempre enojado en la cancha porque asume la seriedad del juego», explica Bustillo.
«Es un volante mixto, un pivote, no tanto un defensor, que maneja el balón con técnica y que destaca, sobre todo, por guardar muy bien su posición para discutir todos los balones, tanto por abajo como por arriba gracias a su altura». Arriaga, que no es rápido pero tampoco lento en su interpretación de las intervenciones en un centro del campo que abarca con decisión y presencia física, tiene otra virtud: la fuerza de su pegada a media distancia y sus más que correctos lanzamientos de falta. Por eso le apodaron Misilito. No siendo un especialista, en sus aproximaciones al área busca la pelota porque posee un potente disparo con la pierna derecha. Al principio castigaba al balón apoyado en ese don, pero con el tiempo le exigieron que le diera dirección. Vargas, otro personaje clave en su formación, se le acercó y le dijo: «Péguele colocado, hijo, usted tiene potencia».
Ese pie con el que establece jerarquía por delante de la defensa y que le permite aventurarse de vez en cuando para apretar el gatillo en sus medidas aportaciones ofensivas lo estuvo a punto de perder de pequeño. En una entrevista en Diario Díez, cuando jugaba en Platense, Arriaga mencionaba este episodio capital en su vida. “Fue a los 11 años. Me llevaron al hospital después que me fracturaran y le dijeron a mi mamá que me tenían que operar de emergencia si no perdería el pie, por lo que ella tuvo que vender un solar que era lo único que tenía. Noche a noche pienso en eso y sé que Dios me va a dar la oportunidad de devolverle algo. Ella es por lo que lucho, espero darle una casa y lo que siempre quiso”, expresó el aguerrido centrocampista porteño.
Su progenitora, Brenda Suyapa Arriaga, rescata aquel momento como si fuera ayer . «De atrevido se metía a jugar con gente grande. ‘Solo voy a ir a ver’, me dijo la vez que se quebró, pero al final tuve que vender mi terreno para que no perdiera el pie». Kevin Arriaga logró su sueño de dar el salto deportivo y económico al fichar por el Minnesota, después de pasar por el Marathón, hacerse un hueco en la selección de su país, en la que ya es fijo para Reinaldo Rueda, y en el Partizán de Belgrado. Y así, retribuirle a su heroína, su madre, por el esfuerzo que hizo. El Misilito, el nuevo jugador del Real Zaragoza, según Víctor Bustillo «es todo compromiso y carácter».