Desvinculándome de la realidad

Desconozco si los aficionados que en los años 40 acudían al campo de Torrero pensaban en la construcción de un nuevo estadio o en un futuro futbolístico como el de las Recopas, Copas de Ferias, Copas de la UEFA, Supercopas y el subcampeonato de Liga. Con altibajos y momentos de zozobra se llegaba a lo más alto y se caía al abismo aunque enseguida se conseguía sacar la cabeza para seguir luchando y recuperar la dignidad perdida. Hasta el último descenso que condenó a la afición zaragocista a recordar su undécima final de Copa con una goleada ante el Español después de eliminar al Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid. Dieciocho años han pasado desde entonces y ya nada es igual en ningún sentido.

Por motivos muy diferentes a los que se expresaron a comienzos del siglo XXI se está reconstruyendo la vieja Romareda mientras espera a levantase el llamado estadio «modular» que desconozco cómo se denominará y por qué no puede seguir utilizándose para otras posibilidades, si su final es terminar derribado cuando se levante casi setenta años después el nuevo símbolo futbolístico de la ciudad. Ahora pensamos en ascender, que Zaragoza sea sede de un Campeonato del Mundo de Fútbol y que se regrese a las competiciones continentales en unos nuevos escenarios diseñados por la UEFA, lo que supongo no se imaginaban nuestros padres y abuelos desplazándose al antiguo campo que también disfrutó de la Primera División, como reflexionaba al principio de este artículo.

Yo todavía estoy a la expectativa y prefiero no ilusionarme porque me encuentro desde hace algún tiempo instalado en la insensibilidad que es un arma eficaz para no sentir dolor, rabia o tristeza pero que provoca el eco del silencio en tu alma. No estoy convencido que el ascenso se consiga esta temporada, tampoco en el interés por la afición zaragocista de los propietarios como argumento fundamental de sus inversiones, ni que el entorno político de nuestro país favorezca el crecimiento de la sociedad. Vuelvo la cabeza resignado a la inseguridad bélica de nuestro planeta que en cualquier momento puede llevarnos al juicio final con la sentencia de «culpables». Por eso, desvinculándome de la realidad, solo espero que comience mañana el partido e invierta un tiempo en olvidar todo lo demás. Y si se consigue la victoria disfrutar, dormir a pierna suelta y recordar el sábado, nada más despertarme, el triunfo en Tenerife.

One comment on “Desvinculándome de la realidad

  • El Maño de Vilassar , Direct link to comment

    Así nos sentimos algunos veteranos aficionados del Real Zaragoza, como es mi caso. Desconectado para sufrir lo mínimo. PD: una línea para mi recuerdo y mi pésame por el fallecimiento de otro ilustre como. Salvador Asensio

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