El nivel de control del partido en cifras Marc Aguado ridiculiza al resto de los centrocampista del Real Zaragoza
En el centro está el equilibrio por mucho que se haya puesto de moda el domino de las áreas, una obviedad superlativa, como claves de los partidos. Y justo en el núcleo del encuentro de esta tarde en La Romareda, Marc Aguado, cedido al Andorra, ha dado una dado una lección discreta pero muy visible en cifras. En su actuación se resume y se refleja lo que es y cómo se expresa el equipo del Principado, cómo se desenvuelve el futbolista de la cantera y de qué forma ha descosido al endeble Real Zaragoza. No es extraño que Gerard Piqué qusiera raptarlo cuando se cuestionaba en las oficinas del club aragonés si prestarlo una temporada más o darle un hueco en la primera plantilla. Se optó porque se curta lejos y lo está haciendo en el lugar adecuado y con una rendimiento estupendo.
Las comparaciones son odiosas y más para encontrar una de las principales cusas de la derrota del conjunto de Juan Carlos Carcedo. Aguado ha completado 66 pases precisos, el 91,71%, y ha tocado el balón 82 veces mientras que Manu Molina, en la misma zona del campo y con un rol similar, ha cedido el balón con acierto en 21 ocasiones, el 63,6%, y ha entrado en contacto con la pelota en 47 momentos del encuentro. Los centros buenos de Grau han sido 16 y los toques, 25. La victoria del Andorra se ha cocinado a fuego lento pero preciso en una medular infinitamente superior en actitud y aptitud, capitaneada por un chico de la Ciudad Deportiva. Vada, Mollejo y Eugeni, aunque este con tan solo medio tiempo de participación, están a años luz de los números del hijo de Xavi. Con personalidad, ofrecimiento y soluciones constantes; sin la presión de un escenario como La Romareda, donde ha dejado una profunda huella de madurez y saber estar.