Dudo que Ramírez se mantenga en el cargo

Que prepare la próxima temporada en Segunda División. Esta era la consigna en torno al míster del Zaragoza que sostenía el grueso de mi artículo anterior. Que Miguel Ángel Ramírez pueda trabajar con cierta calma en la campaña 25-26, ya que las opciones de pelear por el ascenso en la presente parecen definitivamente enterradas.

Es estupendo, decíamos también la semana pasada, que el entrenador canario pueda dejar un legado de modernización en el club, que coloque las primeras piedras de un proceso que requiere tiempo. Su saber hacer en este terreno será bienvenido durante su estancia profesional a orillas del Ebro.

Ahora bien, es necesario remarcar que la competitividad del conjunto blanquillo no puede desmoronarse durante este periodo, y menos hasta el punto de tener que preocuparse por si se mantiene o no la categoría. Porque cuando Ramírez se estrenó en la jornada veintidós, el Zaragoza se encontraba a seis puntos de la promoción de ascenso y ocho sobre el descenso, merced a la detención de la caída libre tras ganar al Racing de Ferrol con el ya despedido David Navarro en el banquillo.

Seis jornadas después, con cinco puntos obtenidos de dieciocho posibles, la distancia con las opciones de luchar por subir se ha ido hasta los once puntos, una separación casi inabordable ya, mientras que el margen con la línea roja que es mejor ni mentar se ha quedado en seis.

¿Qué dicta la lógica de estos escenarios? Que Ramírez debe conducir al equipo a sumar puntos con notable inmediatez. De lo contrario, se meterá en ese pozo tóxico en el que el Zaragoza se mueve de manera paralela a la Ley de Murphy, es decir, le empieza a suceder todo lo malo que cabe suponer.

Llegados a ese punto, dudo que el técnico se mantenga en el cargo por mucho que haya conseguido un maravilloso ambiente en los entrenamientos; aunque el futbolista se sienta muy reforzado a su lado y perciba que alguien se preocupa de su progresión; por mucho que el grupo de ayudantes sume valor añadido al trabajo semanal; y pese a que se haya mejorado a nivel tecnológico la metodología del trabajo. Todos estos hechos atribuibles a la llegada de Ramírez, junto con el año de contrato que le queda por delante, se irán por el sumidero del miedo que representa descender a Primera Federación.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *