El conjunto aragonés sigue pendiente de la salvación tras protagonizar un encuentro tácticamente desastroso, superado por los miedos y un rival quirúrgico en la definición (1-3)
La salvación deberá seguir esperando pese a que el Real Zaragoza la tenía a tiro con la visita del segundo peor conjunto y el más goleado de la categoría a domicilio. El equipo de Víctor Fernández no es muy distinto al de Fran Escribá y Julio Velázquez aunque con el técnico zaragozano se sea bastante más condescendiente con sus decisiones. Por ejemplo la de los tres centrales en casa, una estrategia que le había dado relativo buen resultado en las salidas a El Alcoraz y Butarque, campos donde Liso y Mesa con dos penaltis le dieron cuatro puntos, pero que el Burgos despedazó dirigiendo sus ataques hacia el punto ciego que dejó Valera en su carril y que Francés no acertó a tapar. No fue casualidad que sus tantos llegaran por ese espacio que Jon Pérez Bolo trabajó con maestría para abrir una hemorragia letal en su rival. Joni Montiel, Curro y Álex fusilaron a Cristian Álvarez, quien regresaba a la titularidad, por ese boquete defensivo, todos con remates quirúrgicos y precisos, un ejercicio de contragolpes gestionados con el balón de aliado y con una puntería que el Real Zaragoza observó como si le hablaran en sumerio. Se pregona durante toda la semana de protagonismo, personalidad e intención de ganar, pero cuando llega el día de autos, las alineaciones y la actitud del grupo dicen lo contrario.
Una vez más, esta con el marcador final como juez implacable, se salió a La Romareda con las deficiencias tradicionales para generar fútbol y ocasiones de verdad y el corazón, salvo el de Adrián Liso, arrugado. El chico va a lo suyo con dos piernas de centauro y una refrescante ambición juvenil que contrasta con la parsimonia de la mayoría de sus compañeros, y casi siempre talla acciones de peligro en las piedras que le lanzan en otra fastuosa variante táctica que también sufre Azón. Mandó un balón a la escuadra que iba hacia la galería Uffizi si hubiera entrado. Por contra, para empatar antes del descanso hubo que conformarse con un mal golpeo de Toni Moya que Jaume Grau, en su intento de control, desvío a la red de Caro.
El Real Zaragoza de la supuesta mejoría sensorial se quedó sin los cinco sentidos frente a un Burgos más físico, un bloque seco en las concesiones y muy bien hidratado por futbolistas cuyo dinamismo de ida y vuelta en espacios cortos como Montiel, Bermejo y Curro provocó serios desajustes en ese trío defensivo mal sincronizado. La exhibición atlética de Appin y la magnífica labor de boya de Fer Niño se sumaron a la erosión del conjunto aragonés, que redujo sus argumentos a una machacona e inconcreta lluvia de balones al área y a lanzamientos lejanos, con Moya y Grau superados en número y calidad en una medular donde se extrañó a Aguado. Montiel se fabricó una autopista diagonal para marcar el primero sin obstáculo alguno y nada más regresar del descanso, Curro siguió la misma huella, con ayuda involuntaria de Mouriño, para adelantar de nuevo al Burgos. Valera, en ambos casos, había dejado la puerta abierta, y Francés, víctima de un resbalón, tampoco pudo cerrarla en la carrera larga de Álex, que definió con Jair de tímido espectador enfrente.
El instinto de conservación del Real Zaragoza saltó por los aires antes y después de que Elgezabal y Mumo se partieran la cabeza en la caza aérea de un balón perdido. El impactó congeló el estadio y tuvo el partido detenido con los dos accidentados sobre el césped y el susto metido en el cuerpo de aficiones, futbolistas y entrenadores. El primero quiso continuar, algo que el árbitro no debería haber permitido por seguridad del deportista, y el encuentro se reanudó con el mismo Real Zaragoza desenchufado. Sin defensa ni centro del campo ni ataque, un cóctel de desordenes que se contempló con desdén desde el banquillo. Sergi Enrich, Cuenca, Zedadka… El todo vale y el no sé qué hacer.
La derrota mantiene al equipo aragonés a cinco puntos del descenso. En esta ocasión, los de abajo sucumbieron, lo que hace que la derrota rebaje sus espinas en la calculadora, no así en la imagen de un Real Zaragoza que con Víctor Fernández ha recaudado 9 de 24 puntos, una cantidad con la que las directivas ya empiezan a sopesar la destitución de los entrenadores si no a ejecutarlas. Ocho equipos de todos los pelajes han ganado ya en La Romareda, el Burgos con una solvencia y una conclusión ofensiva fruto de su mayor envergadura de recursos pero sobre todo de la utilización de los mismos, motivado también, sin duda, por este Real Zaragoza tan achantado y mortecino cuando llega a los tres cuartos como siempre al que Adrián Liso estira y estira con ilusión y verticalidad como a un chicle sin sabor. Lo que resta de temporada, cuatro encuentros, recupera la penitencia a la espera de trazos más valientes en la pizarra, no sólo en la boca.
Real Zaragoza 1: Cristian Álvarez; Fran Gámez (Zedadka, 91), Mouriño, Lluis López (Jair Amador, 46), Francés, Valera (Cuenca, 31); Jaume Grau, Toni Moya, Maikel Mesa (Sergi Erich, 91); Liso y Azón.
Burgos 3: Caro; Borja (Espiau, 91, Elgezabal, Córdoba, Arroyo; Mumo (Grego Sierra, 75), Appin; Montiel (Ander Martín, 91), Curro, Álex Bermejo (Álex Sancrís, 63) ; Fer Niño (Dani Ojeda, 91).
Goles: 0-1, Jony Montiel m27. 1-1, Jaumen Grau m45. 1-2, Curro m46. 1-3, Álex Sancris.
Árbitro: Lax Franco (Comité de Murcia) Mostró amarillas a Fran Gámez (21’), Borja (54’)
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 38 de liga disputa en La Romareda con la presencia de 20.000 espectadores
Que ocurre dentro del Club para que Víctor Fernández adopte decisones raras y transmita estar fuera de tempo?
La decisión entiendo sugerida por Cordero del cambio de portero obedece a que tiene firmado a Juan Soriano y no va a intentar quedarse con Edgar Badía, en la vida y en el deporte hay que hacer las cosas con elegancia y sentido común el guardameta no había protagonizado tan malos encuentros como para merecer la suplencia y Dios no quiera pero el deporte a veces a los que hoy están en tu plantilla mañana el devenir deportivo los hace militar en otras, me recuerda la situación que puede producirse a cuando Lombardía tuvo que ser convencido por Marianin y Galán para que el Zaragoza empatase en el Tartiere hace muchos años, conviene siempre que los jugadores salgan contentos con el trato y el Club y tener amigos hasta en el infierno, a que obedece la obsesión con defensa de 5 haciendo recorrer a Valera continuamente 60 metros????
Finalmente los jugadores eran conscientes de lo que hoy había en juego en La Romareda?, el finde siguiente visitan al Oviedo viéndolo jugar ayer en El Alcoraz los van a pasar como aviones, lo de hoy es falta de garra, actitud y compromiso, la esperanza es que hoy ha pinchado el Ferrol que esperemos pinche al finde siguiente y que el Alba siga ganando partidos para que vengan a La Romareda sin presiones, estamos HARTOS.
Al final la permanencia se la deberemos a Fran Escriba que consiguió quince puntos en cinco partidos, al comenzar la temporada.
No estoy indignado por lo que he visto hoy. Es una consecuencia lógica de una mala gestión deportiva que no tiene pase, y que deberia forzar a la propiedad a tomar decisiones quirúrgicas.
Precisamente hoy se ha visto con claridad lo que es no tener en el equipo jugadores como Montiel y otros tantos del Burgos, así como de otros equipos que nos han planchado y vueltos locos en el terreno de juego. Jugadores rápidos con desparpajo con toque de balón y resolutivos en las áreas. Lo que tenemos es un barullo, un lío, un resbalarse y llegar tarde, una incapacidad patológica para penetrarte en el área, si no es con un centro aéreo y a ver si hay suerte.
Desplegamos un juego tosco, pasado de moda. Recuerda a la manera de jugar Irlanda del Norte en los Mundiales
Todo esto es insoportable. Diré más, ya está bien de tanto ditirambo hacia la cantera y los de casa. Se rumorea que Francés quiere marcharse. Pues ya sabe el itinerario. El mismo que Guti, Pombo, Vallejo. Suplente en primera división. La afición tiene que despertar y no comulgar con ruedas de molino.
Somos los que peor fútbol desplegamos en segunda división y ese es un baldón lo bastante serio para nuestro Zaragoza. Ningún equipo llega a nada jugando un fútbol tan pauperrimo y previsible como el que hace nuestro equipo.
Totalmente de acuerdo Leonaredo, a las cosas hay que llamarlas por su nombre.
El fútbol de este equipo es terrible. De hecho, no es fútbol. El gol de Grau es un rebote. Vaya gol. Y la afición parece narcotizada. Por favor, ya que no hay almohadillas para inundar el césped, al menos una pañolada de 10 minutos.
Amigo, Maño de Vilasar. Contra el Albacete cerraremos una campaña que ahí quedará para la historia de la infamia de nuestro querido Zaragoza.
Terminará el partido los jugadores se irán cabizbajos al vestuario y el palco, máximo responsable de la situación, estará vacío. Nadie responderá a la aconsejable bronca que todos debemos dirigirle. Aquí no manda nadie, salvo para el reparto del negocio de la construcción del nuevo estadio. Ahí si que se tomarán provechosa decisiones para sus bolsillos.
Un saludo.
Así de claro, Leonaredo.