El Huesca y el Real Zaragoza enfrenta a dos entrenadores antagónicos en sus objetivos y formas de trabajar en un partido que puede decantarse por su interpretación de los momentos
El objetivo del Huesca no es otro que la permanencia y el del Real Zaragoza, el ascenso, empresas marcadas principalmente por las posibilidades económicas de uno y otro. El potencial financiero, a las puertas de la 14ª jornada, no está estableciendo por el momento distancias significativas en la clasificación, con los oscenses cuatro puntos por debajo de los blanquillos con un partido menos y una travesía estupenda, pero sí lo está haciendo en un Real Zaragoza que ocupa la segunda plaza con no menos brillo en sus resultados. Los jugadores y el fútbol tendrán la primera y la última palabra en un encuentro de máxima rivalidad regional que enfrenta dos formas de interpretar este juego por exigencias de sus respectivos guiones, pero en este encuentro parejo pese a que el contraste de las plantillas es considerable, hay un factor diferencial en los banquillos que podría ejercer su influencia en la interpretación de los momentos que se sucederán en la cita. Incluso antes de que comience. Dos entrenadores antagónicos que ya se cruzaron la temporada pasada por primera vez en sus carreras en El Alcoraz vuelven a encontrarse, cada uno con su doctrina bajo el brazo.
Antonio Hidalgo y Víctor Fernández. El barcelonés con el reto humilde pero ambicioso de conservar la categoría se ha ganado un lugar preponderante en esa nada sencilla misión. Con coherencia, un trabajo colosal y minucioso en el aprovechamiento de sus herramientas ha consiguiendo formar un ejército con pocas medallas en la pechera pero un espíritu de sacrificio y una disciplina encomiables. Que sea la sexta mejor defensa del campeonato no algo casual, como tampoco que cada vez que marca primero nunca pierde. El aragonés no ha conseguido esa uniformidad, fruto de sus dificultades para encontrar el modelo adecuado y de un vestuario incompleto para asegurar a ciencia cierta sus aspiraciones de regreso a la élite, pero su apuesta por el ataque por encima de cualquier cosa y la respuesta de sus delanteros tienen al Real Zaragoza en una situación inmejorable. Lo paradójico es que dos equipos con sus proas señalando distintos destinos tengan en común un agudo sentido de la supervivencia. Al duelo de mañana (18.30) los azulgrana llegan con menos presión sin bajar un centímetro la guardia, mientras que su rival necesita los tres puntos para seguir volando alto. La gestión de las emociones y la búsqueda del instante concreto para desatarlas resultará clave.
Hidalgo, pese a su experiencia en el Sabadell, da sus primeros pasos en el profesionalismo en el lugar que eligió como trampolín definitivo. Pagó su cláusula de rescisión, 60.000 euros, y dejó el Sevilla Atlético para acudir al rescate del Huesca el curso pasado. Su autoría en la consecución de la permanencia fue incuestionable tras relevar a Ziganda. Esta campaña se presentaba más oscura todavía, con una herida sangrante en la tesorería y una serie de seísmos y cambios en la entidad que amenazaban con lo peor. En ese escenario de guerra, con las armas muy justas, el Huesca de Hidalgo ha adquirido personalidad y capacidad de combate y resistencia que apuntan a la salvación sin la tragedia llamando cada jornada a la puerta. Muy al contrario si continúa en esta línea que será complicado que se mantenga tan recta pero con menos curvas de las esperadas. Víctor Fernández es otro mundo. Menos metódico y más pasional, está aplicando al dedillo su carácter ganador por encima de todo para agradar a la afición y a sí mismo. En algunos partidos ha intentado variantes que le han salido rana, si bien siempre buscando que el Real Zaragoza se adapte a él y no al contrario. El Alcoraz va a ofrecer dos partidos muy atractivos: el de los jugadores, grandes protagonistas, y el de sus directores de orquesta, no menos trascendentales en esta ocasión. Hidalgo dándole relieve en el concierto a los tambores; Víctor, a las flautas.
Solo pido al entrenador que no juegue a ningún juego de FIFA y jueguen los mejores, sin inventos vamos, y nos guste más o menos hay que estar preparados para un partido muy trabado donde el Huesca impedirá el desarrollo de futbol vistoso, este tipo de batallas se dan mucho en Segunda División, si no puedes ganar no pierdas suma, AUPA ZARAGOZA.