El descenso, una posibilidad remota pero posible

El Real Zaragoza tiene que sumar, en un cálculo aproximado y según se está desarrollando la competición, abaratada por abajo por la falta de reacción de los equipos inmersos en la zona de descenso, 48 puntos para conservar la categoría. En estos momentos cuenta con 30 y la línea recta hacia la permanencia la marcarían seis victorias más en las 16 jornadas que restan para que el torneo baje el telón. El colchón de cinco puntos que mantiene con el Amorebieta le permite cierta holgura. Con esa distancia y los 30 puntos que posee antes de jugar el viernes en Butarque frente al Leganés, la posibilidad de que descienda es remota siempre y cuando haga sus deberes o incluso permitiéndose algún desliz. Ahora bien, no puede fiarse del todo porque hay algunos ejemplos que invitan a la desconfianza.

Desde que la Segunda división está compuesta por 22 equipos, en la temporada 1996-1997, sólo se han dado cinco casos en que clubes con 30 puntos o más y con una horquilla de cinco o más sobre el vagón de los últimos cuatro clasificados en la jornada 26 han acabado despidiéndose de la categoría. El primero fue el Mallorca B en la 98-99. Aquel equipo en el que militan los exzaragocistas Leo Franco y Raúl Valbuena llegó a este punto del campeonato con 31 puntos, seis por encima del Eibar, pero terminó em el pozo en beneficio de los armeros. Extremadura y Jaén contaban con una bolsa de 33 en la 2001-2002 y cinco de margen sobre Murcia y Nástic. Finalizaron penúltimo y último respectivamente. En la campaña 2005-2006, el Lleida, con 32 puntos, sacaba seis puntos al Racing de Ferrol y al Castellón. Los catalanes se fundieron y fueron superados por los de Castalia. El último caso se produjo en el curso 2017-2018 aunque con un matiz importante. El Barcelona B, con 30 puntos, tenían sólo uno más que la Cultural Leonesa. Pero el que le envío al infierno fue el Córdoba, que se hallaba 11 por debajo del filial azulgrana.

En estos momentos, el Real Zaragoza, según dictan esos precedentes, tendría motivos para la preocupación pero todavía no para la alarma.  El problema es la dinámica en que se encuentra en la recta final o muy cerca de ella. Seis partidos sin ganar (tres derrotas y tres empates), la dificultad extrema para marcar un gol y la facilidad con que le marquen pese  a que apenas le creen situaciones de peligro y un equipo y un entrenador que se van aplanando progresivamente en sus propuestas futbolísticas. El Amorebieta y el Fuenlabrada son sus principales amenazas. No terminan de acercarse pese a que el Real Zaragoza les invita.  En cualquier caso sería un error fortificar la permanencia en la cronificación de la desgracia ajena.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *