El Real Zaragoza logra su primera victoria impulsado por la exhibición futbolística del argentino, que marca los dos goles, emociona y descuartiza a la Ponferradina
Por fin la primera victoria de la temporada y por fin un jugador que emociona en el Real Zaragoza. Giuliano Simeone se había presentado como un delantero veloz, enérgico, constante y algo ansioso por agradar hasta que frente al Lugo consiguió el primer gol del curso para sus compañeros, un tanto que los gallegos redujeron a la nada con su remontada. En los encuentros anteriores, donde fue el más destacado, fue dejando señales de un atacante que además de agitar tenía calidad en sus decisiones. Esa progresión alcanzó su cenit en El Toralín, donde el argentino descuartizó con cuchillo fino en una mano y hacha vikinga en la otra a una Ponferradina abrumada por ese huracán. El conjunto aragonés dio la respuesta que esperaba Juan Carlos Carcedo en este encuentro, la contestación de un androide con pulso humano, y recuperó el rigor defensivo colectivo en toda la cancha. Para que ese orden extremo tuviera éxito, se necesitaba que alguna pieza pusiera corazón a la máquina, y allí Giuliano entregó el suyo con una exhibición perfecta en todas sus intervenciones. De principio a fin, cuando se quedó tieso por el esfuerzo, se hizo con la proa de la nave con verticalidad, astucia, inteligencia y dos goles que mezclaron el arte y el oportunismo.
El catálogo que desplegó en este partido resultó de una riqueza monumental dentro de un equipo muy protegido y aleccionado para robar en su campo y disparar contragolpes como cañonazos. En esa batalla, Giuliano encontró y fabricó los espacios para liderar salidas de todo tipo, en varias ocasiones con Vada como interlocutor entre la intercepción y la llegada. En un balón peinado por Mollejo, Pascanu cometió el error de creerse con ventaja y el Cholito le hizo un sombrero para después definir ante la salida de Amir. Amanecía soleado por el gol madrugador y el descubrimiento de un punta con más capacidades de las que se sospechaba. A partir de ese instante, Giuliano se transformó en flecha para un Real Zaragoza bien posicionado y favorecido por el regreso de Grau, capital en ese escudo con heráldica de Jair y donde Lluis López, aun con sus cosas, y el debutante Gabriel Fuentes, impecable, cegaron cualquier vía de acceso al equipo de José Gomes. Cualquier balón largo o dividido lo hizo suyo Simeone con desmarques de ruptura y luchas titánicas, motorizado por dos reactores en sus piernas que dejaban a la zaga local en una caricatura.
El triunfo debió ser más cómodo en el marcador. El chico ofreció una asistencia de oro a Vada después de deshuesar a un rival en una pugna que parecía haber perdido, pero su compatriota no acertó. La Ponferradina se redujo a Nwakali en todo para evitar semejante destrozo y que fuera a peor. El nigeriano mantuvo en pie a los del Bierzo con su omnipresencia y un lanzamiento descomunal por potencia y distancia que se coló por la escuadra de Cristian, incrédulo y algo fuera de lugar. El portero había impedido que la Deportiva marcara en una doble intervención de Heri, pero ese tiro le cogió relajado aun siendo un disparo de máxima dificultad. Se restregaba los ojos el conjunto de Carcedo, pero no Giuliano, que en la segunda parte puso de nuevo tierra de por medio de nuevo en el único córner directo de la tarde. Los saques de esquina cortos no habían producido nada, pero en ese Fuentes se elevó, peinó para distraer y en el segundo palo estaba la piraña para hacer el 1-2-. Restablecida la ley del mejor, y sin dar la mínima muestra de agotamiento, la avispa esprínter protagonizó varias carreras espectaculares, impropias de esta categoría. En una de ellas, Erik Morán le persiguió perdiendo el alma por el camino y gritó, impotente, para confundirlo al menos con ultrasonidos. Imposible. Además de llegar hasta el fondo, peleó el rechace con la cabeza desde el suelo.
Jair de un testarazo que Amir despejó con una gran intervención, Mollejo con un gatillazo zurdo y Puche con un tiro al poste insistieron en calmar la recta final, pero el Real Zaragoza contuvo la timidez de la Ponferradina subrayando su compromiso corporativo y cambiando su fisonomía con relevos de corte conservador y eficaz. Giuliano se fue por una de esas ventanas con los gemelos hechos puré. Tras de sí dejaba un partido soberbio desde todos los puntos de vista ofensivos y cabelleras cortadas de defensas víctimas de su machete insaciable. Qué divertido, por fin.
SD Ponferradina: Amir; Paris, Pascanu, Diéguez, Moi Delgado (Lukaku, M. 65); Erik Morán (Raúl, M. 80), Kelechi Nwkali; José Naranjo (Espiau, M. 61) , Hugo Vallejo (Sabit, M. 80), Heri Tavares (Dani Ojeda, M. 46) y Derik.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gamez, Lluis López, Jair, Gabi; Manu Molina (Nieto, M. 90), Jaume, Vada (Francho, M. 85); Bermejo (Larra, M. 85), Giuliano (Petrovic, M. 90), Mollejo (Puche, M. 68).
Árbitro: Alejandro Quintero González (comité andaluz). Amonestó a Hugo Vallejo (M. 39), Sabit (M. 87) por la Ponferradina.
Goles: 0-1, Giuliano Simeone (M. 11); 1-1, Nwakali (M. 43); 1-2, Giuliano Simeone (M. 50)
Incidencias: Encuentro correspondiente a la quinta jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio El Toralín ante 5.650 espectadores.
¡CON TODO, GIULIANO! 🤳🏻#PonferradinaRealZaragoza #DefendiendoAlLeón 🦁 pic.twitter.com/8kCBhMaBuV
— Real Zaragoza 🦁🤍💙 (@RealZaragoza) September 11, 2022
Me puede recordar alguien la última vez que un jugador del Zaragoza metió dos goles en liga?
Álvaro Giménez en Las Palmas
Gracias. No hacía tanto… Me venía a la mente Narváez contra el Gerona
Ojalá sea el comienzo de algo bonito. Veremos…