El Real Zaragoza, que apunta directo con Cordero al futbolista en propiedad, sólo ha sacado un alto rendimiento de 10 de los 46 cedidos en sus diez años en Segunda
Juan Carlos Cordero va a apurar y a ajustar con un tipo de refuerzo del que quiere exprimir lo máximo posible. No es amigo de las cesiones, recurso por lo general de urgencia y de corto recorrido del que se busca una productividad inmediata. Inmerso en un proyecto que busca solidez estructural y temporal, el director deportivo acudirá a ese mercado porque la economía se lo exige en la profunda reestructuración de la plantilla. En primer plano aparece el surtido que ofrece el Atético de Madrid por la ceñida relación que se mantiene con el club colchonero a todos los niveles, pero por ahora está más centrado en adquirir jugadores en propiedad, a los que se les presupone, como dijo Cristian Álvarez en su última comparecencia, una mayor implicación porque «el compromiso es diferente». Las operaciones de Maikel Mesa, Quentin Lecoeuche, Sinan Bakis y Toni Moya confirman cuál es la prioridad del ejecutivo: vertebrar el Real Zaragoza con contratos que ofrezcan garantía laboral a unos profesionales de los que se espera su mejor versión.
La historia reciente del equipo en el apartado de cesiones, en los diez años que camina errático por Segunda, deja en mal lugar el acierto en los préstamos y su escasa fiabilidad. De los 46 futbolistas que han llegado en esas condiciones, apenas una decena han estado al nivel que se esperaba de ellos o muy por encima, caso de Roger Martí (Levante), William José (Real Madrid), Borja Bastón (Atlético), Borja Iglesias (Celta), Álvaro Vázquez, Luis Suárez (Watford), Javi Puado (Espanyol) El Yamiq (Génova), Simeone (Atlético) y Bebé (Rayo Vallecano). Otros dejaron un sabor agridulce como Ruiz de Galarreta (Athletic), Jaime Romero (Udinese), Ortuño (Las Palmas), Aleix Febas (Real Madrid), Hinestroza (Club Deportivo La Equidad Seguros), Tejero (Eibar) y, en este último curso, Víctor Mollejo (Atlético), un delantero multifuncional, hiperactivo y algo desordenado que ha enganchado con la grada y puede tener continuidad esta temporada en los planes de Fran Escribá.
El listado de desaciertos, por mala elección o por desapego del futbolista, es considerable y anima a ser muy cuidadoso en este apartado. Cidoncha (Atlético), Acevedo (River Plate), Henríquez (Manchester United), Vullnet Basha (Sion), Erik Morán (Athletic) Campins (Barça), Juan Muñoz (Sevilla), Rolf Feltscher (Getafe), Marc Gual (Sevilla), Jeison Medina (Leones FC), Dwamena (Levante –en este caso por un problema cardiaco–), André Pereira (Oporto), Burgui (Alavés), Álex Blanco (Valencia), Gabriel Fernández (Celta), Sanabria (Atlético) Álex Alegría (Mallorca), Zanimacchia (Juventus), Peybernes (Almería), Borja Sainz (Alavés), Álvaro Giménez (Cádiz), Nano Mesa (Cádiz), César Yanis (Potros del Este), Alarcón (Cádiz), Makhtar Gueye (KV Oostende) y Fuentes (Junior de Barranquilla) fluctuaron entre el quiero y no puedo y la más absoluta nulidad. Soro y Vallejo, una vez comprados por el Madrid, se mantuvieron en el Real Zaragoza con una respuesta notable del mediapunta y correcta del central. Cordero descarta los préstamos sin un interés alto para beneficio del club.