El partido del pánico

El Real Zaragoza se quedará más cerca del descenso que nunca si el Eldense le gana en La Romareda y el Burgos saca tan sólo un punto entre su encuentro de este miércoles en A Malata y el que jugará en casa con el Albacete

No ha calado todavía muy hondo dónde está el Real Zaragoza y, lo peor, dónde podría encontrarse al final de la próxima jornada en el caso de que el Eldense asalte La Romareda en un duelo sin concesiones en la lucha por la permanencia. Nadie en el club contempla el peor de los escenarios posibles para, en el caso de que suceda, saber cómo gestionar lo que se convertiría en una situación mucho más que alarmante para un equipo que se gestó con deformidades para el ascenso y para una afición bombardeada con el regreso a Primera como gran y único objetivo. La política que se está siguiendo en un contexto de gravedad es el de la confianza en que los cinco puntos de ventaja que se tienen en estos momentos con el conjunto de José Luis Oltra serán ocho al término de la 30ª jornada. Esa certidumbre obstaculiza la visibilidad completa de lo que es un partido del pánico en toda regla, y en la forma que debe trabajarse a nivel deportivo e institucional esa cita. Por el momento prima el silencio a todos los niveles. No es cuestión de encender hogueras de inquietud, pero tampoco la de instalarse en la estrategia del avestruz o, lo que sería peor, de la ignorancia y la aprensión para tratar una tesitura a años luz de la expuesta a principio de curso.

Si gana el Eldense y el Burgos saca un empate entre sus encuentros de este miércoles en A Malata y el que jugará en casa con el Albacete, el Real Zaragoza se situaría a dos puntos del descenso. Nunca en las once temporadas desde que se produjo la caída de Primera en 2013 se estaría, con 12 jornadas por delante, tan cerca de despedirse de Segunda. En tres ocasiones, temporadas 13/14, 16/17 y 20/21, el conjunto aragonés disponía de una renta de tres puntos con 30 partidos celebrados, lo más próximo que ha estado del peligro con una docena de fechas por delante. El Real Zaragoza, por lo tanto, si se enfrenta a una final este sábado en casa, teniendo en cuenta además de que en el horizonte más cercano le esperan Almería, Córdoba (Bazdar estará con Bosnia), Racing y Mirandés, Éibar, Levante y Huesca entre ellos cinco claros aspirantes al ascenso. Si el triunfo cae del lado blanquillo, los pulmones se ensancharán, pero ¿hay argumentos sólidos e incluso estadísticos por su nefasto rendimiento como local para ser optimistas? Los alicantinos acaban de perder contra el Levante, que les remontó el gol de David Collado en los minutos 91 y 94. Un duro golpe para sus aspiraciones porque se vieron fuera del descenso y regresaron a él en el añadido. Aun así, se ha convertido con Oltra en un rival muy respetable, directo, intenso, entrenado desde la parrilla de salida para un circuito de constante sufrimiento.

Desde que ficharon al entrenador valenciano a finales del mercado de invierno han conseguido 10 de 18 puntos y en cuatro de sus seis partidos han dejado la portería a cero. Con Miguel Ángel Ramírez, el Real Zaragoza ha recogido una cosecha de 7 de 24 y, salvo frente al Cádiz (0-0), siempre ha recibido un tanto como mínimo. El Eldense se hizo fuerte en la ventana invernal con las contrataciones o cesiones de Raúl Parra (Al-Minaa SC), Diego Collado (Gil Vicente), Masca (Oviedo), Diego Méndez (Rayo Vallecano), Álvaro Aceves (Valladolid), Javi Llabrés (Mallorca), (entrenador), Barzic (Elche), Fede Vico (sin equipo) y Sekou Gassama (UDM Alger). Collado, Masca, Llabrés y Barzic ya son titulares habituales y su producción se traduce en cinco goles. Son dos tendencias opuestas, de claro declive de los aragoneses y de reactivación del Eldense, de un equipo que aún busca su identidad moviendo o inventándose fichas como las de sus centrales (esta vez sin Jair) y que ahora muestra un perfil más ofensivo en la órbita de Soberón y otro que interpreta cada partido a muerte sin complejos aunque todavía con ciertas limitaciones. Creer que hay tiempo para todo es un error. Del partido del sábado puede salir un Real Zaragoza muy aliviado o con los grilletes aprisionando su confianza si se ve a dos puntos del descenso, lo nunca visto.

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