El conjunto aragonés, con 32 goles encajados, muestra la mayor debilidad para proteger su portería en las últimas cinco temporadas y el tercer peor registro desde que bajó
Cada vez es más evidente que el destino del Real Zaragoza esta temporada, ya sólo enfocado a la consecución de una permanencia sin apuros, está directamente vinculado a su fragilidad defensiva a nivel colectivo e individual. En 26 jornadas ha encajado 32 goles, la mayor cantidad en el lustro negro que está viviendo desde la última vez que disfrutó un playoff. Sólo en dos ocasiones desde que descendió hace doce años había recibido más tantos a estas alturas de la competición: 37 en la campaña 2014-2015, en la que acabó jugando la promoción de ascenso como sexto, y 36 en el curso 2016-2017, mientras que suma los mismos que en la 2018-2019.
En estas cinco temporadas nunca el mensaje del ascenso había alcanzado mayor eco desde todos los estamentos del club que en la actual. Los cuatro anteriores se descubrió muy pronto que cualquier aspiración que no fuera la salvación pertenecía exclusivamente al universo de los sueños. En esta, se ha ido estirando la ilusión hasta este pasado viernes en el Carlos Belmonte y, pese a la derrota contra el Albacete, todavía hay algún rezagado que reconoce en su paladar restos de dulce esperanza a falta de 16 partidos para el final del torneo. El proyecto se lo ha llevado por delante una penosa planificación desde los cuerpos técnicos y el deportivo en los mercados de verano y de invierno, en ambos casos por la incapacidad para dotar a la plantilla de futbolistas defensivos cualificados, sobre todo el eje.
El reconocimiento de esa carencia por parte de los responsables no les excluye de una incompetencia mayúscula. En todo caso la acentúa. La fuga de Víctor Fernández después de que el Real Oviedo remontara un 2-0 en La Romareda con tres goles que retrataron con nitidez las causas del problema nuclear, forzaron el relevo en el banquillo por un Miguel Ángel Ramírez que se ha esmerado desde el principio para corregir, con nulo éxito y un sistema vertebrado sobre cinco defensa y el híbrido de Albacete, ese defecto de fábrica no se ha corregido tampoco en el taller invernal. Poussin sólo ha dejado una portería a cero tras la llegada del técnico canario, frente al Cádiz (0-0). En la otros cinco encuentros ha recibido seis tantos.
Se han invertido las causas de los fracasos sucesivos. Antes de este ejercicio, en los cuatro pasados, el problema estaba muy localizado en ataque con delanteras y atacantes nefastos, pero ahora la artillería está entre la seis mejores con sus 36 dianas. El desequilibrio, la razón por la que el Real Zaragoza vaga ya como un fantasma por la clasificación, no es otro que un sistema de seguridad muy sencillo de desmontar para los rivales. El más vulnerable de este quinquenio, el tercero más débil de las 12 temporadas en Segunda.
Goles encajados en la jornada 26 durante las últimas 12 temporadas
24-25
32
23-24
23
22-23
22
21-22
26
20-21
25
19-20
26
18-19
32
17-18
29
16-17
36
15-16
24
14-15
37
13-14
29
Con la mejor intención y con objeto de ayudar a encontrar jugadores que pueden agradar al Catedrático Ramírez, yo creo están libres y sin equipo Cambon, Heredia, Oñaederra, Bastos Ovejero o Redher económicamente sería un chollo, ánimo Corderico y Marianico El Largo ahí tenéis tajo.
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El silencio nos haría cómplices. AUPA REAL ZARAGOZA
De todos los mencionados, me quedo con Heredia, Bastos, Oñaederra