El Real Zaragoza se aferra al don del delantero para superar la etapa más crítica de la temporada, a un futbolista que además de marcar colecciona obras de arte goleador
A sus 27 años, en la madurez de su carrera y después de haber superado casi media competición castigado por la lesiones y la mala gestión del cuerpo médico en sus recuperaciones, los números Mario Soberón después de marcar su séptimo gol ante el Sporting son de una puntualidad y eficacia rematadora brillantes. Nadie necesita menos tiempo para embocar un balón en la portería. El tanto que hizo frente a los asturianos definió con precisión suiza qué tipo de delantero es. Todos los movimientos compusieron una acción de resplandecientes decisiones, desde que se anticipó para recoger el centro de Tasende hasta que, después de aguantar de espaldas el marcaje de Kevin Vázquez y aclararse un pequeño espacio para el disparo con la derecha, reventara la red de Rubén Yañez. Sobre dos o tres baldosas, el cántabro fabricó una diana soberbia sin necesidad de más artificios. El Real Zaragoza se aferra a este atacante para superar la etapa más crítica de la temporada, precisamente contra el Eldense, el club donde se estrenó en el fútbol profesional y que vendrá el sábado a La Romareda para disputar un encuentro de altísimo voltaje por la salvación.
Soberón no es un gran depredador, como reflejan sus guarismos anotadores a lo largo de su trayectoria en su mayor parte en Primera RFEF, pero sí comparte su ADN cazador. Olfato, instinto, capacidad para percibir el lugar exacto donde está la presa y un zarpazo espléndido para asestar el golpe mortal. Una de las características que le definen es la sutileza en la captura, su facilidad para tomar la decisión correcta cuando le llega la oportunidad. Y la variedad en la finalización, lo mismo con potentes lanzamientos desde fuera del área que con testarazos de ariete inmisericorde o vaselinas, acompañados de un rico repertorio de recursos para descubrir la madriguera incluso con un reverso al primer toque el el área pequeña. Su pulso es siempre el mismo, al igual que la temperatura el corazón, lo que le convierte en un animal salvaje muy metódico. Nada más peligroso para el rival que un tipo con esas constantes transforma un momento primaveral del partido un galerna y que se pone a silbar cuando el terremoto desgaja las áreas y los defensas dubitativos.
Termina contrato en 2026, por lo que la maquinaria de la dirección deportiva debería estar ya en marcha para ponerle una atractiva renovación sobre la mesa. De lo contrario, y si en las 13 jornadas que resta sigue en esta dinámica, a Soberón le van a empezar a tentar desde todos los puntos cardinales, sin descartar clubes de Primera. El mejor fichaje de una amplia baraja de contrataciones marcadas por la decepción veraniega e invernal, ha regresado a tiempo para ayudar a un equipo que necesita su pólvora y su carácter. Sus celebraciones son fiestas discretas y sus palabras llevan dinamita cuando la crítica es necesaria. No es un crack, ni una estrella, ni el reclamo perfecto para las redes sociales. Se ha hecho a sí mismo, en carreteras y categorías secundarias, cubierto de las gruesas cortezas de quien ve pasar la gloria en otra dirección. En el Real Zaragoza, por fin, ha encontrado su hogar, un lugar donde su ensanchar su mandíbula y exponer el pequeño Louvre de obras maestras que lleva dentro este fino artista exterminador.
Algunos de sus goles más destacados
1-0 Eldense-Celta B (2-0)
1-0 Eldense-Barcelona Atlètic (2-2)
1-0 Eldense-Celta B (2-0)
1-0 Logroñés-Cultural Leonesa (1-1)
1-3 y 3-3 Eldense-Racing (3-3)
0-1 Tudelano- SD Logroñés (0-2)
2-1 CD Atlético Baleares 3-1 CD Eldense
0-1 CA Osasuna B 0-2 CD Eldense 0-2
1-1 CD Eldense-SD Amorebieta (1-1)
1-0 Logroñés-Deportivo (1-0)
0-1 Amorebieta-Eldense (0-2)
0-1 Huesca-Eldense (0-1)
1-1 Eldense-Real Zaragoza (1-1)
0-1 y 0-2 Cádiz-Real Zaragoza (0-4)
1-0 Real Zaragoza-Levante 2-1
1-0 y 2-0 Real-Zaragoza-Elche (3-0)
1-0 Real Zaragoza-Sporting (1-1)
2-2 Real Zaragoza-Racing 2-3