El Real Zaragoza afronta el juicio final sin abogado defensor

El equipo aragonés, que ha recibido 18 goles en los últimos siete partidos, tendrá que solucionar su salvación con un herida defensiva ya incurable

Cuatro del Eldense, cuatro del Almería, uno del Córdoba, dos del Racing, dos del Eibar y cinco del Levante. El Real Zaragoza ha encajado 18 goles en los últimos siete partidos, dos con Ramírez en el banquillo y cinco con Gabi Fernández al mando. Ahora mismo sólo Cartagena (63) y Racing de Ferrol (56) presentan peores números defensivos que el conjunto aragonés (54). Desde hace mucho se sabía que el boquete en la retaguardia iba a causar serios problemas, tanto que a falta de seis jornadas el equipo está a tan sólo dos puntos de distancia de los puestos de descenso. Localizada la avería desde la pretemporada, nadie ha sido capaz de solucionarla. Ni el exdirector deportivo Juan Carlos Cordero en los mercados ni los entrenadores con experimentos de todo tipo para parchear sobre el campo lo que ha sido un imposible. Tres centrales, laterales que no lo eran, sistemas herméticos con cuatro pivotes, cambios en la portería… Nada ha frenado una hemorragia colectiva e individual con la que habrá que convivir con torniquetes eventuales para lograr una permanencia que se ha convertido en un acto de fe, sobre todo en la creencia subjetiva de que el Eldense descarrilará en más ocasiones.

La manita del Ciutat de Valencia ha rebajado al mínimo el efecto Gabi, una mejora competitiva que ha residido más en el deseo y en algunos detalles que en la realidad sostenida. La derrota estaba dentro de las previsiones; no así que todos los síntomas de la enfermedad confluyeran en hora y media para colapso de un Real Zaragoza que va a jugar el resto del campeonato con respiración asistida. El técnico madrileño, como era de esperar, no ha podido modificar una herencia que no le pertenece y que tampoco está sabiendo gestionar demasiado bien con apuestas como las de Ares, Aketxe o Marí en sus alineaciones, futbolistas que ni se aproximan a lo que exige una situación de estas características. Es cierto que a la plantilla le están fallado todas las constantes vitales (las ventoleras de Poussin y Jair, un día la niña de mis ojos y otro la del Exorcista, o la galbana de Bazdar, príncipe de las tinieblas), además de sufrir inoportunas y peor explicadas lesiones como las de Bare, Arriaga y Francho, estos dos últimos añorados este sábado en Valencia y sin que sepa exactamente cuándo podrán estar disponibles. Aun sí, la vulnerabilidad defensiva del Real Zaragoza es una cuestión congénita.

Víctor Fernández recibió una media de 1,3 dianas en 20 encuentros (26), Ramírez, 1,8 en diez (18) y Gabi Fernández 2 en cinco (10) (Navarro dejó la portería al cero ante el Racing de Ferrol 1-0). El avance del transtono ha sido progresivo, pero siempre reconocible en la inseguridad e inestabilidad de un vestuario construido sin la solidez para mantener el área sin sobresaltos o accidentes recurrentes, en muchas ocasiones mortales. El Real Zaragoza se presenta al juicio final sin abogado defensor, con cientos de acusaciones a sus espaldas y sin apenas argumentos que testifiquen a su favor. Tiene dos puntos más que el Eldense y la intuición y el presentimiento de que no bajará pese a que lleva las venas abiertas. La evidencia empírica le tiene sin embargo a las puertas del infierno.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *