El Real Zaragoza de Aragón

JIM reunió en el once en Lugo por primera vez esta temporada a cinco jugadores de la tierra, Francés, Nieto, Francho, Zapater y Azón, en un proceso de cocción lento pero productivo

En Lugo, medio equipo titular por lo que se refiere a jugadores de campo fueron aragoneses de la cantera. Es la primera vez que Juan Ignacio Martínez— ni Baraja ni Ivan Martínez lo hicieron–, reúne en la alineación a tanto futbolista de la tierra. El debut de Iván Azón a las órdenes del técnico alicantino favoreció esa circunstancia especial que se ha ido forjando a fuego lento, por la baja forma de algunos futbolistas que estaban destinados para empresas mayores y no han dado la talla, y porque el remedio casero ha resultado fundamental para que el equipo si no juego sí vaya adquiriendo identidad. Frente al Sporting, el entrenador ya contó de salida con Francés, Nieto, Francho y Zapater. En el Anxo Carro, en un partido indigesto que resolvió Cristian, la apuesta por Azón obtuvo su premio con el penalti provocado por el delantero.

JIM se ha ido decantando por el compromiso que tanto reclama y también porque el rendimiento de cada canterano le convence de forma individual después de un largo proceso de reflexión y probatinas. La banda izquierda que fue propiedad de Chavarría lo es ahora de Nieto, mejor dotado para el trabajo defensivo que predica el trajano de JIM. El lateral lleva cuatro jornadas consecutivas entre los fijos y será complicado que le desplacen. Francés, después de cumplir un partido de sensación, se encontró con Peybernes por delante, un movimiento que el técnico estaba desenado realizar sin hallar la ocasión. La irregularidad de Jair ha devuelto al central al once, de donde nunca debió salir, en los dos últimos encuentros, Sporting y Lugo.

En el centro del campo, Francho y Zapater son intocables. El covid-19 que sufrió el primero precipitó el regreso del capitán en Oviedo, y desde que regresó ante el Mirandés, se ha hecho inseparables alternando posiciones en la medular pero siempre próximos, dejando en el banquillo a un clásico como Eguaras. En Lugo, Azón completó el quintento con el Toro de baja y Alegría desplazado por su escasa aportación goleadora y rematadora. El chico sacó un penalti de la nada y en un actuación con altibajos, su efervescencia no tiene parangón con el resto de sus compañeros.

El toque de distinción y de inteligencia de Francés en defensa; la fortaleza y disciplina de un Nieto ahora más contenido; la frescura en el pilotaje de Francho y la jerarquía de Zapater por encima de un físico que le condiciona y que le ha convertido en el lanzador de faltas habitual para explotar su mejor virtud, asoman como cartas fijas en la baraja de JIM hasta el final de temporada. Habrá que comprobar si Azón, autor de dos goles (cuatro puntos) y víctima de dos penaltis buscados por el atacante (otros cuatro más), sigue contando con la confianza de un técnico que tenía previsto otra cosa, pero a quien las circunstancias le han empujado a formar el Real Zaragoza de Aragón.

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