El Real Zaragoza halla un pepita de oro entre su chatarra

El pobre equipo aragonés empata un 2-0 en la prolongación de un partido que el Granada dominaba con autoridad con diez y rescata un punto en su huida del descenso (2-2)

El descenso se había hecho carne en Los Cármenes para un Real Zaragoza pobre como las ratas, incapaz, superado por un Granada superior antes y después de la expulsión de Gonzalo Villar en la primera parte. Tenía cara y ojos la amenaza pese a esos seis puntos de ventaja sobre el Eldense antes de comenzar el encuentro. El partido desembocaba en un 2-0 y en el reloj apenas restaba tiempo para una reacción, pero Marí acortó distancias en el 92 de cabeza tras asistencia de Aketxe y un centro de Pau Sans se coló directamente en la portería de Luca Zidane en el 94 sin que llegaran a alcanzarlo Marí ni Cuenca. Después de que el VAR revisara un posible fuera de juego. Entre la chatarra que fue, el equipo de Miguel Ángel Ramírez encontró oro, una pepita que le permite por el momento no mirar hacia abajo rezando, destruido, agotado física y mentalmente como estuvo toda la tarde en Granada. El empate tiene un altísimo valor, pero no oculta la bagatela en la que se ha dio transformando un equipo que nunca ha dispuesto de grandes tesoros esta temporada, que evitó la tercera derrota consecutiva y un porvenir de pánico total. Tampoco los problemas que tiene su entrenador para vigorizar con cambios de sistemas y jugadores un engranaje defensivo débil, desnutrido por la naturaleza enclenque de sus futbolistas para, salga quien salga, ese trabajo vital en ese deporte.

En igualdad de condiciones puso cara de perro con los primos de Zumosol, Jair y Arriaga, como alternativa a los tres centrales y una presión feroz que incomodó a los locales. Había vuelto Soberón, estaba Bazdar y Bare echaba una mano a Francho con la mancha parece que imborrable de Ares en la alineación, pero el que marcó fue Rebbach con un acción personal que retrató su talento para esquivar los conos humanos que le salían al paso. Ese bofetón de calidad noqueó al Real Zaragoza por completo, que dejó de creer incluso después de la roja a Gonzalo Villar por doblarle la tibia a Francho. Con buen trecho de la primera mitad por delante y toda la segunda, el cuadro aragonés empalideció frente a las diabluras de Lucas Boyé, la burla danzarina de Stoichkov y un ejército de defensas de cuerpo entero, de los que no se arrugan frente al aleteo de una mariposa y saben estar para equilibrar la inferioridad. Frente a ese muro se escucharon los lamentos de Soberón, muy corto de forma, Bazdar, promesa aún de elegantes naderías cuando más le necesitan sus compañeros, y un Ares que volvió a ser esa figura de niebla que vaga hacia ninguna parte.

Los centrales de pueblo que alineó Ramírez, tallos altos con pie rompedor, una solución que delata que el resto del catálogo, donde esta vez no estaba Lluís López por sanción ni un Vital condenado al calabozo del banquillo, no ofrece garantía alguna. Tampoco el portugués y el hondureño, uno porque ya no está para trotes y el otro porque es mediocentro y se desenvuelve muy forzado y faltón por falta de recursos para es posición. Se unió Tasende a la chirigota dejando irse a Lucas Boye por encima de la cal de banda, y que el argentino centrara para que Tsitaishvili anotara el segundo tanto en el minuto 48. Lama hizo el tercero de cabeza, pero el colegiado el VAR lo anuló por posición ilegal del central. Aquello era una carnicería, con el Real Zaragoza descuartizado con uno más pero once menos. Todo transcurría hacia la confirmación de que lo que resta de temporada iba a ser una caída en picado, observando más lo que el Eldense fuera capaz de hacer que el hallazgo de remedios para evitar esa aproximación, cuestión aún por resolver. Cuenca de lateral derecho, Liso de izquierdo, Pau Sans encendiendo luces de urgencia y Marí que se invitó por fin a ser alguien importante. Hizo el 2-1 y acudió al 2-2 para despistar a Luca en la trayectoria de la pelota. En esa contrarreloj desesperada, el Real Zaragoza hizo que sus miserias parecieran menos. La calderilla, por ahora, le sirve para comprar otro billete de huida de ese descenso que le cala los huesos.

Granada CF 2: Luca; Tsitaishvili (Rodelas, m.77), Williams, Lama, Miguel Rubio, Ruben S.; Rebbach (Hongla, m.45), Villar, Sergio Ruiz; Stoichkov (Manu Trigueros, m.77), Lucas Boyé.

Real Zaragoza 2: Femenías; Iván Calero (Marcos Cuenca, m.58), Jair, Kervin Arriaga, Tasende (Aketxe, m.73); Francho, Keidi Bare, Adu Ares (Pau Sans, m.58), Adrián Liso; Soberón (Marí, m.58), Bazdar.

Árbitro: Cid Camacho. Amonestó a Soberón (m.16), Jair (m.57), Liso (m.73) para el Real Zaragoza. Williams (m.18), Lama (m.80) para el Granada. Roja a Gonzalo Villar (m.35).

Goles: 1-0, Abde Rebbach (m.23). 2-0, Tsitaishvili (m.48). 2-1, Alberto Marí (m.92), 2-2, Pau Sans (m.94).

Incidencias: Partido de la jornada 28 de LaLiga Hypermotion celebrado en el Nuevos Los Cármenes. Asistencia 15.266.